Posiblemente la obra más conocida de Luis Bustos sea su colaboración con Santiago García en el díptico ¡García!, un cómic distópico y futurista (un futuro muy a la vuelta de la esquina) que dialoga con nuestro atribulado presente socio político. Una obra excepcional en todos los aspectos que merecería constituirse en serie más o menos abierta, tanto por su sentido crítico como por la aportación de un carácter heroico muy deudor de nuestra tradición viñetera.

Tras esa colaboración Bustos entregó Puertadeluz, como autor completo y en cierto grado abundando en los parámetros de ¡García!: otra vez un futuro cercano, poco apetecible, como marco de un relato intenso, dramático incluso.

Pero además el dibujante madrileño había despuntado con una vis cómica importante en la revista digital Orgullo y satisfacción. Vis que vuelve con intensidad en este POP, un paseo por los mitos, las contradicciones, las características y la historia de la música popular más o menos reciente. Un siglo de pop, rock, hip hop, canción protesta o música electrónica, que sirve a Bustos para reflexionar, experimentar formalmente y sobre todo, echarse unas risas en un trabajo que abraza fuertemente las posibilidades de internet.

Publicada por ¡Caramba! bajo el paraguas de Astiberri (podríamos decir que la editorial de Manuel Bartual entre exclamaciones se ha convertido en el brazo cachondo y vacilón del sello vasco), merece la pena comenzar por los prolegómenos. El 5 de noviembre de 2018 la editorial comenzó a publicar entradas en sus redes sociales en las que explicaba el proyecto y avisaba: a lo largo de varias semanas propondría en sus muros playlists de Spotify, con temas ( Canciones de amor y sexo, Stravaganza, los soportes para la música, etcétera) para que los usuarios aportasen temas a dichas listas. Así, entre el autor de POP y los lectores, el libro se configuraría de un modo participativo. Al menos en su marco sonoro. POP se divide en capítulos, cada uno plantea a su vez una temática, que arranca con una playlist y su correspondiente código QR que nos lleva a Spotify, de modo que lo que tenemos entre manos es un audio-libro en el que han colaborado los internautas. Como cantaban Ilegales hace años, Chicos pálidos para la máquina, creando una sinergia entre un libro (que se iba a publicar en breve) y los teclados y gustos musicales de cada persona con ganas de colaborar (los colaboradores constan en el propio libro, obviamente).

¿El resultado del experimento? Afortunado, muy afortunado. Bustos demuestra que es un melómano en los nueve capítulos del libro, aproximando una cantidad de datos y curiosidades bastante imponente, que dibuja desde la ironía y el humor. Humor inteligente, socarrón. Y también humor chorras y chorreras, de guiño a Chiquito de la Calzada y de comentario irreverente. Guasa de barra de bar/carajillo y humor refinado, chiste escatológico y metalingüístico (como el maravilloso gag de la página rayada, como si de un vinilo se tratara). También dibujo virtuoso, basta pararse en cualquier revisión de portada de discos clásicos que nos ofrece el libro, del London Calling de The Clash al Tom's Diner de Suzanne Vega.

Lo de lo meta (esto es, enredar con los recursos del medio en un juego de espejos y autoconsciencia) no es circunstancial ni menor en POP. Bustos ya había demostrado en trabajos como Versus (Entrecomics Cómics, 2014) que cuando quiere, es juguetón. Y como autor juguetón, impecable en su búsqueda de soluciones diferentes, sorprendentes. En POP encuentra el espacio perfecto para hacer experimentos de laboratorio. En primer lugar, con el formato: POP es un libro que recuerda a un Elepé (algo más pequeño, pero bastante mayor que un single), y tiene dos caras. Esto quiere decir que se empieza a leer por la Cara A y a media lectura cerraremos el libro, lo voltearemos y leeremos la Cara B. Además, en las páginas de la obra advertimos numerosos experimentos gráficos y narrativos como el apuntado "corte rayado", o la transición digamos licuada a medio camino de la obra.

Ejercicio de discurso

Y Bustos da el do de pecho en la composición de cada página. Dado que nos encontramos ante un ejercicio de discurso en cómic, más cercano, para entendernos a Para ti que eres joven (Manel Fontdevila y Albert Monteys mano a mano en los viejos tiempos de El Jueves) que a un cómic de relato ortodoxo a lo Arrugas (Paco Roca) o al propio Puertadeluz, cada página refuerza su aspecto visual para enriquecer el contenido con composiciones realmente desbordantes, sorprendentes, muy medidas y en las que cabe la página más ortodoxa de retícula de viñetas y la composición orgánica más atrevida, próxima a los delirios de Chris Ware (pero desde su estilo propio, macerado durante décadas).

En fin, si te gusta el rock y el pop, en POP (subtitulado "¡No me quito esa canción de la cabeza!") vas a encontrar una doble fuente de sorpresas. Por un lado, más de cien canciones distribuidas en varias playlist con temas de autores tan variados como Public Enemy, Gipsy Kings, Pixies, El Niño de Elche, Janis Joplin, La Polla Records, Depeche Mode, Luis Fonsi, Los Planetas, Metallica o Rocío Jurado (¡Sí!). Y, por otro lado, un cómic realmente divertido sobre la música popular contemporánea, sus temas y sus circunstancias, realizado por Bustos con ganas de experimentar y divertirse experimentando.