"En un escenario me muevo como pez en el agua"

Goyo Jiménez trae su espectáculo 'Aiguantulivinamérica 2' a Gran Canaria

Goyo Jiménez trae su espectáculo 'Aiguantulivinamérica 2' a Gran Canaria

Para ver este vídeo suscríbete a La Provincia - Diario de Las Palmas o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Goyo Jiménez trae su espectáculo 'Aiguantulivinamérica 2' a Gran Canaria Amalia garcía-alcalde

Goyo Jiménez estrena el espectáculo Aiguantulivinamérica 2 quince años después del primer Aiguantulivinamérica. En esta saga de monólogos "vuelven las comparaciones entre el fabuloso modo de vida estadounidense y el menos glamuroso de los españoles", según explica su autor. Los próximos 19, 20 y 21 (el 21, a las 19.00 horas) de abril (por 21.50 y 18.50 euros) tendrá lugar, en ExpoMeloneras, este show cargado de surrealismo, disparate, complicidad e ingenio creado por este cómico albaceteño.

A usted lo encontramos en todas partes: escenarios, radio, televisión... ¿Hace falta ser polifacético para ganarse la vida en la farándula?

O contar con muchas deudas y tener que trabajar mucho. En mi caso tengo la enorme fortuna de que me ofrecen proyectos muy diferentes y así no me aburro.

Pero siempre hay alguna preferencia de género, explícita u oculta. ¿Cuál es la suya?

Donde me muevo como pez en el agua es encima de un escenario. Me siento muy cómodo en la radio y en la tele, e incluso en el cine, pero donde de verdad extraigo todo mi potencial es sobre las tablas.

Con 49 años y 1'92 de estatura, su inquietud poliédrica le ha llevado desde la tragedia grecorromana hasta Woody Allen, pasando por Lope de Vega, Cervantes. Shakespeare y otros genios y desembocando en el Club de la Comedia. ¿Tan bien se enseña en la Escuela Superior de Arte Dramático, donde se ha formado?

Soy polifacético porque tengo una preparación multidisciplinar. Hasta hace poco estaba presentando un programa de ciencia porque de forma autodidacta me he formado también en contenidos de divulgación científica. Tengo el placer de ser un océano de sabiduría con un dedo de profundidad.

Ahora vuelve a Gran Canaria como monologuista cómico, burletero y desarretado. Cuando se le queda la memoria en blanco, ¿cómo lo resuelve?

No vuelvo a Gran Canaria. Realmente no me tendría que haber ido porque Canarias es el lugar, sin ninguna duda, donde me quiero retirar. Es la parte más maravillosa de España y estoy buscando constantemente excusas para regresar a las Islas. He encontrado, desde hace tiempo, una conexión especial con el público insular. El año pasado actué en Candelaria frente a 4000 personas. Me resultó una experiencia mística. Para que la mente no se quede en blanco hay que dar el rodeo adecuado. En este trabajo, si eres un profesional, nunca te quedas en blanco porque tienes la cantidad suficiente de conexión con los espectadores para saber por donde ir. Hay que tener la capacidad de improvisar. No existe el blanco cuando estás en una conversación transmitiendo al público como hago yo. El blanco se da cuando ofreces un discurso y de repente se te va de la memoria.

Su espectáculo tiene un título rarísimo: Aiguantuliviamérica 2 . ¿De qué va el palabro?

No es tan raro. Es la transcripción fonética de cuando dices en inglés: Quiero vivir en América. Había una canción en West Side Story donde se pronunciaba esta frase. Existen anécdotas como la de gente que ha visto en los barcos americanos escrito USA Navy y les ponían el nombre a sus hijos de Usanavi. O en Cuba que existe el nombre de Yotuel. Mi título supone una broma al recordar que cuando era niño escribía I want to live in América de esta manera: Aiguantulivinamérica. Al no saber inglés escribes en castellano como te suena. Además, yo de pequeño no quería vivir en España porque en la televisión veía que ellos habitaban en unas casas más grandes, eran mucho más felices y tenían de todo mientras que nuestra existencia no era tan afortunada. En las películas siempre se plasma que esta gente tiene una vida llena de emoción y de aventuras que no nos ocurren a nosotros, que carecemos de un sexo tan fantástico y no nos atacan monstruos ni caen asteroides...

¿Qué novedades ofrece, quince años después de su precedente número 1?

A base de trabajar mucho he ido aprendiendo y cada vez voy haciendo mejor las cosas. Como novedades ofrezco también una visión de la vida bastante más madura, entiendo mejor al público y cómo comunicar. Puedo hablar de cosas de las que antes no podía porque carecía del conocimiento y la experiencia, como cuando me refiero a la paternidad. Me sentía muy asustado con este espectáculo porque el primero tuvo mucho éxito, con casi dos millones de espectadores y 55 millones de reproducciones de los vídeos en youtube. Era una responsabilidad muy seria hacer esta segunda parte, pero de momento llevamos más de 60 funciones y el público y la crítica nos están diciendo que lo hemos conseguido, que este show ha superado al anterior, con lo cual ya respiro aliviado porque sé que tengo entre las manos un proyecto muy bueno y potente que está funcionando muy bien.

¿Por qué insiste en comparar la vida española con la de Estados Unidos, a los que llama "tierra de la libertad y de los valientes" y cuál cree que es la buena y la mala?

Lo de compararnos con los americanos es un recurso estilístico clásico. Es como cuando Jonathan Swift utiliza Liliput para hacer una broma sobre su propio mundo. Primero habla de una isla donde la gente es más pequeña de lo habitual y luego de otra donde la gente es más grande que nosotros. Es una manera de ponerte ante un espejo deformado para exagerar nuestros defectos. Esto se puede hacer con enanos, con extraterrestres o con los americanos en mi caso, porque todos hemos visto las mismas películas y series, todos conocemos esos lugares comunes y nos podemos ver reflejados en ellos. Nos sirve para reírnos de cómo somos. Es una forma de ponerte en un espejo idílico donde puedes reflexionar sobre ti mismo. La vida mejor se tiene en Canarias. Cuando uno llega aquí se da cuenta de que viene enfermo de estrés, aceleración y angustia, pero se debe entender que hay que trabajar para vivir o que hay que estar más pendiente de nuestras relaciones familiares y no tanto del trabajo.

¿Piensa lo mismo bajo el mandato Trump?

Los americanos, como nosotros, son capaces de lo mejor y de lo peor. Trump me parece un fantoche, pero no se nos tiene que olvidar que EE.UU. es la democracia más antigua del mundo y que cuando aquí estábamos pegándonos tiros ellos estaban siendo salvaguarda de los derechos humanos. No son una sociedad perfecta, pero antes de dar lecciones tendríamos que mirarnos a nosotros mismos. Europa debería ver el tipo de sociedad que ha construido que le ha costado dos guerras enormes y una multitud de guerras menores. Además, seguimos ahora discutiendo sobre si Inglaterra se va de la UE o no, etc... No estamos para dar lecciones de unidad o de libertad. Estamos también frenando la llegada de inmigrantes. Tendríamos que ser algo más modestos porque fantoches como Trump también existen por Europa.

Suele representar varios personajes en un solo espectáculo. ¿Nunca se hace un lío con las frases de unos y otros?

No, pero es verdad que en las funciones pierdo peso porque son agotadoras. Al día siguiente necesito recuperarme por el desgaste mental tan grande. Tienes que ir a unas velocidades que te permitan jugar con el público, lo cual este aprecia porque improviso mucho y voy introduciendo todo tipo de elementos. Lo divertido es poder hacer varios personajes a la vez y que el espectador los vea representados en un solo actor. La gente tiene que salir del espectáculo diciendo: Eso no lo hago yo.

¿Por qué partido piensa votar el próximo día 28?

No he tomado una decisión, pero aunque la tuviera no le voy a hacer la campaña a nadie. Las decisiones políticas de cada uno tienen que ir por dentro y aún más cuando eres un personaje público. Pertenezco a ese mogollón de indecisos que ahora pretenden conquistar todos los candidatos. Tendré que aclararme pronto porque me va a pillar en Canarias y votaré por correo.

Teniendo en cuenta las voces de los tenores, barítonos, bajos, sopranos, contraltos y contratenores, ¿con cuál de ellas imitaría a cada uno de los candidatos que quieren gobernarnos en estas elecciones?

Creo que todos están ahora mismo rivalizando por ser el mejor tenor, por tener el do sostenido, el do de pecho, pero creo que hay bastante bajo escondido. Nos haría falta alguna soprano más. Con todo lo que se habla de ser más inclusivos echo de menos contar con una candidata a la presidencia del Gobierno. En definitiva, más sopranos y menos tenores.

Compartir el artículo

stats