El espectáculo juvenil Dados, escrito y dirigido por el dramaturgo José Padilla (Santa Cruz de Tenerife, 1976), ha obtenido el Premio Max de las Artes Escénicas en su categoría, durante la Gala de la XXII edición que se celebró esta semana. El Teatro Guiniguada ofrecerá la oportunidad de ver la obra mañana sábado, 25 de mayo, a los jóvenes a partir de 14 años y resto de aficionados.
Cuénteme su reacción al saberse ganador del Premio Max con una obra suya?
Me he sentido emocionadísimo. Siempre se duda si vas a ganar cuando compites con compañeros tan talentosos como los que había, pero que la labor de tanto tiempo de todo el equipo sea reconocida con un premio así es muy emocionante.
¿Señala un cambio en su trayectoria profesional, o seguirá escribiendo y dirigiendo como hasta ahora?
Voy a seguir haciendo lo mismo, trabajando al mismo nivel y ritmo que lo he hecho hasta ahora. Es un reconocimiento enorme que agradezco mucho y que sirve para indicar que estás yendo por el camino correcto, pero no para soltar lo que estás haciendo ni para dormirte en los laureles, si no estás perdido.
¿Qué ocurre en Dados , la obra premiada que completa con Papel y Por la boca su Trilogía veloz para jóvenes?
Papel aborda el tema del bullying, del acoso escolar. Por la boca aborda los trastornos de la alimentación y Dados trata la identidad de género y la transexualidad, temas que deben ser compartidos con todo tipo de público, ya sea adulto o joven aunque estos tienen más posibilidades de cambiar las cosas. El hecho de que se planteen ciertas preguntas que a lo mejor en otros foros no surgen es algo que nos interesaba mucho. De ahí nació la inquietud de crear Dados, de abordar este asunto y de proponerlo al público joven.
¿Ha sido especialmente difícil tratar el problema de un adolescente trans?
No ha sido especialmente difícil aunque, desde luego, conlleva dificultad en torno a lo que yo ignoraba sobre el asunto. Me he tenido que documentar mucho y he conocido a gente que me ha ayudado con absoluta generosidad. Es una obra seria que requiere un esfuerzo, pero no ha resultado más difícil que abordar otro tipo de personajes porque hablamos de personas con las mismas inquietudes, problemas y devenir diario que cualquier otra y eso es algo que se señala mucho en la obra, que es hora de cotidianeizar lo cotidiano y de quitar el estigma a un colectivo que lo ha sufrido durante muchos años de una manera injusta. Ese es el espíritu de Dados, tratar de compartir algo totalmente co tidiano.
En su obra como autor, ¿cuáles han sido los títulos más logrados y celebrados?
Ahora mismo, Dados, claro. Esta semana, además, estreno la segunda parte de otra trilogía que se llama El viaje. (Las crónicas de Peter Sanchidrián, volumen II). Si tengo que nombrar hitos en mi carrera serían estos que me ocupan actualmente.
Como director ha hecho funciones muy importantes del teatro histórico y contemporáneo. ¿Cuál de esas épocas le inspira mejores ideas?
En el teatro cualquier época te puede inspirar muchas ideas. He dirigido Medida por medida de Shakespeare y he escrito versiones de este autor y de Cervantes. Beber de los clásicos diría que es necesario para un dramaturgo. Pero no se trata de una cuestión de una época sino de por qué los clásicos lo son, y no es porque se hayan escrito hace mucho tiempo sino porque siguen resonando en la memoria colectiva. No me inspiran las épocas sino los autores que escribieron esos textos. Además, pienso que todavía hay mucho que dirimir en ellos y que siempre van a estar vigentes.
Qué proyectos esperan en su mesa de autor, y en la de director?
En la de autor una versión libre de Shakespeare que se estrena en el Festival de Teatro Clásico de Alcalá y se titula Mercaderes de Babel, una versión libre del Mercader de Venecia. Como director, El viaje. (Las Crónicas de Peter Sanchidrián, volumen II), pero no puedo abundar más en proyectos futuros porque aún no están confirmados.
¿Cómo ve el momento actual del teatro canario en creación y en producción?
Visto desde cierta lejanía a mí me parece que hay dos mercados diferenciados y se me escapa la razón, el de la provincia de Santa Cruz de Tenerife y otro el de Las Palmas. Hay algo raro, como una infraestructura en Gran Canaria que no existe en Tenerife. En cualquier caso, el hecho de la insularidad y la periferia a lo mejor nos está pasando una factura demasiado alta. He conocido compañeros y compañeras que lo que hacen es una heroicidad cuando no debería ser así. Hacer teatro deber ser un acto cultural, reivindicativo de la cultura si se quiere, pero no una heroicidad. Hay una materia prima en Canarias espectacular pero las dificultades se incrementan por criterios objetivos a veces, pero en otras ocasiones por cuestiones de gestión.
