Entrevista | Ismael Serrano

"El tiempo que vivimos me sume en la melancolía"

"Lo que me gusta es contar historias en el sentido clásico, al estilo de los juglares, esas canciones río", manifiesta el músico y compositor

El músico madrileño Ismael Serrano. EFE.

El músico y compositor Ismael Serrano (Madrid, 1974) asoma hoy viernes por el Teatro Pérez Galdós, en la capital grancanaria, a las 20.30 horas, en el tercer y último de los concierto de la gira insular de Todavía, su último áñbum publicado el pasado año. En esta entrevista, el cantautor madrileño que suma dos décadas de carrera profesional, habla del disco, de la gira, y de su rol de contador de historias.

Regresa a Canarias con la gira en acústico Todaví a, a guitarra y voz. ¿De alguna manera, estos conciertos son un desquite de la gira insular que tuvo que cancelar en 2017 por razones médicas?

Pués si, la verdad es que fueron días difíciles por una piedra en el riñon que me retorció de dolor.

Ahora está de vueltas con el repertorio de este disco que editó el pasado año y en el que cambió las formas a piezas de su repertorio, además de un nuevo tema, Crucé un océano . El artista ante la audiencia sin más atrezzo que guitarra y voz.

Yo venía de hacer una gira muy sofisticada, con una gran puesta en escena y demás, como Hoy es siempre, con la que celebraba mis veinte años con aires de musical, por así decirlo, y me apetecía volver a la esencia. Caí en la cuenta durante esa gira que en veintitantos años de carrera no había grabado aún un disco a guitarra y voz. Me apetecía y, tenía como una cuenta pendiente de grabar algo así en Argentina. Tenía la fantasía de grabar un disco en la playa entre amigos, no solo grabar las canciones en sí, sino la experiencia de la canción compartida, ese punto de espontaneidad, la dinámica que tienen esas guitarreadas, como le llaman allí. Hacerlo en la playa tenía inconvenientes técnicos que tenían que ver con los ruidos del mar, el viento... Nos fuimos a una casa que pensaba que iba a ser tranquila, muy lejos de la capital, convocamos a unos cuantos amigos, y cuando nos pusimos a grabar nos dimos cuenta que entraba por los micros un estruendo de pájaros, que parecía que estábamos en la jungla. Pero al escuchar con calma la grabación nos dimos cuenta que sumaba cuando uno hablaba de registrar la experiencia. Y de ahí surge el disco Todavía. Lo que hago también es recuperar viejas canciones, muchas caras B que para mí siguen teniendo vigencia, algunas antiguas y una versión de Palabras para Julia.

Tras el disco, vino la gira.

Una vez grabado me apetecía una gira de estas características que ha ido evolucionando. Lo que era un proyecto de guitarra y voz sigue teniendo ese carácter teatral, no tan sofisticado en cuanto a producción como Hoy es siempre, sigo yo solo con la guitarra, pero digamos que me gusta mucho entender los conciertos como un relato, me gusta contar historias y este concierto de alguna manera es eso, está guionizado.

El formato permite establecer un diálogo con el público que no se da cuando actúa con banda.

Tal cual. Es uno de los alicientes de un concierto de estas características porque cuando uno está con una gran banda tiene que negociar, por así decirlo, con el resto de los músicos el tiempo, la dinámica de las canciones, el ritmo.

Agota las fechas en Canarias y en la península, y coge rumbo a rumbo a Chile y Argentina, con varias fechas con el aforo ya agotado. ¿Cómo funciona Ismael Serrano en el mercado latino?

Son muchos años visitando Argentina, y el cono sur es lo que más conozco y con el que tengo más vínculo, Mi mujer es argentina, tengo una hija de cinco años que mezcla el vos con el tú, y llevo visitando Argentina y Chile desde el 97, y con asiduidad, un par de veces al año. Una de las últimas veces fui invitado por Joaquín Sabina en Buenos Aires, y decía una cosa muy bonita cuando me presentó: hablaba de cómo Joan Manuel Serrat ha abierto un camino para todos, lo hizo para él y también para mí. Hay una deuda en lo musical con Serrat pero también por ese camino, representa el paradigma de la canción de autor, de músico que entiende y trabaja la palabra, que se compromete con el tiempo que le toca vivir y hay siempre una mirada atenta de Latinoamérica hacia esa propuesta.

¿Cómo traslada Ismael Serrano a su música esta idea de ser cronista del día a día?

Muchas veces me preguntan sobre el compromiso político y social de las canciones y demás, y finalmente se trata de cantarle a lo que a uno le emociona, y cuando uno es permeable no puede dejar de emocionarse, no ya solo ante los encuentros y desencuentros sentimentales, y la introspección más íntima que uno pueda hacer, sino lo que tiene que ver con los anhelos colectivos, con las frustraciones o las luchas colectivas. Creo que también es algo que se ha desatendido desde la propia tradición del cantautor: cantarle al nosotros. Es una cuestión casi generacional por así decirlo, como si hubiera una generación que deja de estar interpelada por el nosotros desde el punto de vista emocional.

¿Qué le motiva a la hora de componer?

Me emociona todo. El tiempo que nos toca vivir me sume en una cierta melancolía, desde el punto de visra político, sobre todo. Melancolía en el sentido de la irresponsabilidad de una clase política que no siente lejana, que está desatendiendo sus obligaciones de resolver los problemas, no generar ruido. Es tristemente inspirador porque las canciones son punto de encuentro para sentirse acompañado y para establecer vínculos, en este caso para no derrumbarse. Y en lo personal, muchas cosas, Hay constantes que sempre te van a persegur, como el paso del tiempo, la fugacidad de las cosas, el miedo a la soledad, el miedo, como decía Sabina, "a perder el mes de abril", el que te lo roben de alguna manera.

Ha publicado El viento me lleva , su primer libro de relatos tras haber editado poemarios y cuentos infantiles.

A mí lo que gusta es contar historias, la música me apasiona y me acompaña siempre, pero me fascinan las historias en el sentido más clásico, al estilo de los juglares, que va de Woody Guthrie hasta Serrat, esas canciones río. Quería escribir relatos cortos que tuvieran que ver con la realidad, con mi vida y mis viajes, y al desarrollar las historias me di cuenta que no hablaba tanto de mi, sino de otras personas. No viajo con la guitarra a todas partes, sí lo hago con papel y lápiz.

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