Entrevista | 'El Piñas'

"Marea debe ser puro y no convertirlo en un trabajo"

"Son cincuenta y pico bolos y tienes que estar concienciado de querer hacerlo y de que te apetece", señala el bajo de Marea

César Ramallo, Eduardo Beaumont 'el Piñas', Kutxi Romero, Alén Ayendi y David Díaz 'Kolibrí', en la imagen promocional del disco 'El Azogue', séptimo álbum de estudio de Marea. FERNANDO LEZAUN

La historia de Marea tiene y tendrá cinco nombres: Kutxi Romero, voz y letras; David Kolibrí Díaz y César Ramallo, guitarras; Alén Ayendi, a las baquetas; y Eduardo Beaumont, el Piñas, al bajo. Después de ocho años sin disco y siete sin girar, la banda de Berriozar descarga El Azogue, séptimo álbum de estudio, que devuelve a los navarros a la carretera. Un viaje que les trae a Canarias, hoy a las 20.30 horas, en el Gran Canaria Arena; y mañana, a las 21.00 horas, en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna. Todo con una promesa en boca de su bajista, el Piñas. "El que vaya a vernos se encontrará un concierto de rock, un par de horas cojonudas, de pasarlo bien".

Ocho años sin grabar y siete sin girar. ¿Se "había cansado la mula de la noria"?

Al final, somos cinco tíos. Lo que sí procuramos es que cuando salimos y hagamos las cosas sea con ganas. No puedes decir, venga va, tengo ganas de tocar un día porque salir implica estar de gira como mínimo un año. Son cincuenta y pico bolos y tienes que estar concienciado de querer hacerlo y de que te apetece. Sobre todo a la hora de componer, de meterte a hacer un nuevo disco; tienes que estar en plenitud. Si no estás en plenitud, tiras de lo mismo y eso aburre ya.

Alguno se pensaría que ya no iban a volver...

Puede ser, eh. Hasta algunos de nosotros también. Nosotros intentamos mantener el show puro y es así. Nos vemos mucho, eh. Estamos siempre de calderetes, de cumpleaños de las niñas, estamos en mil hostias... Lo de la música es otra historia, lo de Marea. Sabemos la suerte que hemos tenido de poder dedicarnos a esto y debemos mantenerlo puro, no podemos convertirlo en trabajo, claro que no.

Han tenido sus proyectos paralelos, pero ¿no se les ha hecho largo tanto tiempo?

Hemos estado de crianza. Yo en estos años he tenido dos churumbelas. Ha sido tan intenso que ni me ha dado tiempo. Luego monté mis historias también, una banda. Ahora se ha metido Kolibrí conmigo en la banda y me decía: "Paso de meterme otros seis años sin hacer nada". Pero vamos, en definitiva, me he centrado en crear: en crear niñas y música [Se ríe].

¿Este atracón de conciertos, es la antesala a otro buen tiempo de barbecho?

Parece que no. Es que como hagamos otra parada así, salimos en t aca-taca en el siguiente, con un saco de serrín al lado para las pérdidas o así [Risas]. No nos podemos permitir eso a estas alturas. Nos queda poco para hacer 25 años de banda y tenemos en cabeza liarla un poco en ese aniversario, con otro disco o algo potente que habrá que liar.

Cuando se hace un parón como este, ¿da vértigo volver y que la conexión con la gente no sea la misma, que las generaciones cambien, que pierdan gancho?

No lo piensas hasta que no arranca la gira. Pero es que tampoco puedes pensarlo antes. No puedes estar todo el rato pensando en la gente cuando haces canciones, por ejemplo. Hay que hacer las cosas como nazcan, a nuestra manera. Porque la gente quiera vernos tocar antes, no puedes hacerlo antes de tiempo porque la puedes cagar. Salir sin ganas a gente que está pagando por verte, a representar algo tuyo desde el corazón... pues no se puede salir por salir, se sale con todas las de la ley. No pienso nunca en eso. Lo que pasa es que con El Azogue ha sido la hostia. Fue sacar el videoclip de En las encías y en nada: un millón de visitas. ¡La virgen! No es que se hubieran olvidado sino que había más gente ahí. Han sido ocho generaciones esperándonos, que se criaron con nosotros y no podían ir a conciertos; ahora pueden.

¿Qué respuesta ha visto de la gente a estas diez nuevos temas?

Impresionante. Ves todo tipo de edades. Nosotros somos de volver porque tenemos disco, cosas nuevas que aportar y la gente se sabe los temas y han entendido a la primera lo que queremos.

Con los proyectos alternativos que manejan en Marea, ¿hay incertidumbre por saber cómo cuajará la cosa cuando se vuelven a meter en otro disco?

Es un lujo, un privilegio ser una banda así, tenido una historia así tan bonita, tan buena. Es que llevamos 22 años y todos vamos a una, sin una discusión. Todos tenemos claro cómo es nuestra piedra angular, qué es Marea. Desde el primer ensayo de Marea lo tuvimos claro: esto es lo que quiero.

Repite Kolibrí en la producción. ¿Cómo es en ese aspecto?

Muy bien. Es la hostia de tío. Quién mejor que uno de la banda para saber cómo querer sonar. Lo que nos quedaba por grabar en un disco era hacerlo en directo, todos a la vez, con esa potencia. Y es lo que hemos hecho en este viaje.

¿Piensa mucho en la legión que ha construido Marea en estos más de 20 años de carrera?

Por momentos sí. Miras atrás y hace 20 años estábamos en la 'constru' y ahora hemos cumplido todos nuestros sueños, tocando en lugares que nunca imaginamos. Hemos estado codo con codo con Rosendo en un disco, con los 'Extremo', con los 'Barri', con Los Suaves... De las últimas cosas fue cantar con el Yosi en Ourense, que era una de las cosas más mágicas que nos podían pasar. Los sueños pasan. Es la hostia. Cada cosa la vas saboreando a tope, aunque haya muchas de las que ya no te acuerdas.

El Azogue es disco de oro y Besos de Perro de platino. Les llegó de manos de Robe Iniesta e Iñaki Antón El AzogueBesos de Perro Uoho

Son unos grandes. Nos faltaban ellos. Con el 28.000 puñaladas nos lo dio Rosendo; En mi hambre mando yo, el Charly... Poder estar rodeado de esta gente, que sean parte de tu familia, que sean colegas... Es que es algo increíble.

Hablamos de Extremoduro, de Barricada, de Los Suaves, de Rosendo. ¿Se siente ya Marea una de esas patas fijas de la historia del rock estatal?

Lo que no se puede negar es que somos la última banda que entró por la puerta de recintos grandes y pillar el legado de estos grandes. Intentamos hacerlo con dignidad, con lo mejor que podemos. Y sí, se puede considerar así, tranquilamente, porque hay pocas bandas que puedan hacer esto que hacemos.

¿Viene algo por detrás? ¿Cree que habrá herederos?

Yo creo que sí. Es verdad que no ha habido una banda que haya pegado un 'pipanazo' brutal, así como nos pasó a nosotros, pero la gente que hacen discos desde el corazón, que anda por ahí tienen las mismas ganas con las que empezamos nosotros.

¿Tiene aún el bajo que le regaló Kutxi Romero para empezar en esto?

Siempre. Lo tengo y lo uso. Lo tengo con el estudio en casa y es con el que toco. Eso me ha dado suerte, me cambió la vida. No tenía ni puta idea de tocar y me agarré a eso y mira donde estoy.

¿Cuánto le queda a Marea?

De momento, hasta el 28 de diciembre que acaba la gira. Mientras nos dure la patata y estemos los cinco, estará Marea, no sé si haciendo calderetes y viviendo la vida o en concierto. Marea somos estos cincos y será así siempre. Eso es tan claro como que el cielo es azul.

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