Los videojuegos españoles acostumbran a ser productos menores en comparación con la potente industria estadounidense o japonesa. En los últimos años, Gris y Blasphemous han sido capaces de abrirse un pequeño hueco en las masificadas consolas actuales. Pero, si hubo un juego que dejó huella en el imaginario colectivo de los españoles de la década de los noventa ese fue, con permiso de PC Fútbol, el título Commandos, cuyo director y diseñador original fue Gonzo Suárez, hijo del director de cine Gonzalo Suárez. Desarrollado por Pyro Studios en 1998, el juego era un reto endiablado a la pericia, compuesto por 20 misiones a superar por un equipo de soldados aliados dejados de la mano de Dios en la Alemania nazi. Solo con sigilo, habilidad, nervios de acero y mucho ensayo y error se podía superar un título de dificultad endiablada y que ponía una condición para el éxito: la misión se podía resolver de infinitas maneras, pero todos los miembros del equipo debían terminar con vida.

La saga Commandos llegó hasta la tercera parte con sus expansiones. Cada una fue disminuyendo su calidad, quizá porque la innovadora propuesta en vista cenital de la primera parte se fue diluyendo con el tiempo. La segunda tuvo unas cotas de calidad aceptables. Y ahora, Kalypso Media, una firma de origen alemán, se ha atrevido a traer de nuevo a la vida la secuela de uno de los juegos más míticos en alta definición. Eso sí, obviando símbolos nazis y japoneses para no herir sensibilidades.

La paciencia, un arma

El juego sale a la venta por 20 euros. Casi 20 años después, el título regresa con gráficos actuales en una revisión que se ha quedado ahí. La experiencia sigue siendo la misma que la del 2001, lo que implicará volver a prestar atención a las líneas de visión de los enemigos, representadas con las míticas linternas de color verde. La dificultad sigue siendo la de hace dos décadas, por lo que la paciencia será un arma mucho más a tener en cuenta que una sesuda estrategia. Quizá para los jugadores más actuales sea una experiencia algo vetusta, pero para los de la vieja escuela volver a escuchar eso de "oki doki" en la voz del conductor, o "déjemelo a mí" del boina verde, justifica su precio. Por pedir, hubiera sido preferible que se aventuraran con la primera parte. Pero quizás para compensar el dispendio, Kalypso Media también ha reeditado Pretorians, otro juego español de estrategia inspirado en el Imperio Romano. Doble ración de nostalgia para finalizar el mes de enero, antes de encarar el resto del 2020, uno de los más potentes que se esperan en la industria, si es que los constantes retrasos que han sufrido algunos de los juegos más esperados no siguen cebándose con la ilusión del jugador medio.