Santero y los Muchachos es una banda de Valencia con una fijación por el rock. Este cuarteto se reconvierte en Santero Trío con motivo de la gira de presentación del segundo disco Rioflorido (2019). Una gira a tres voces, dos guitarras y un bajo, que trae por primera vez al grupo a Canarias, que recala hoy viernes en The Paper Club, a las 21.00 horas, con producción de Talleres Palermo -espacio en el que se había programado inicialmente el concierto-; y mañana sábado en Aguere Espacio Cultural, en La Laguna.

Santero y los Muchachos son Miguel Ángel y Joseman Escrivá, Soni Artal y Marc Guardiola. El pasado de los valencianos conduce a formaciones como La Pulquería, Docs, Madnoise, Miss-X, Obrint Pas o Absenta. Ahora comparten su singular rock reposado, etiqueta con la que presentan un puñado de canciones, un primerizo Ep Buenos y malos (2015), y dos discos: Ventura (2017) y Rioflorido (2019).

Con una veintena de conciertos por delante, el grupo estrena su directo en las Islas con la voluntad de ganarse al público, y compartir las experiencias que genera la música. De todo ello habla Joseman Escrivá, guitarra de Santero y los Muchachos, que se revisten de madera y cuerda como Santero Trío en esta primera visita al Archipiélago. El cambio de formato, del eléctrico de cuatro músicos al acústico a trío, obedece a varias razones, y no solo tiene que ver con el traslado a Canarias y la economía de medios. "Veníamos de hacer una gira en eléctrico, y queríamos afrontar el invierno, menos algunas fechas que teníamos cerradas con banda, de otra manera, nos apetecía desnudarnos musicalmente del público que nos seguía para que se den cuenta de la raiz de la canción", señala Joseman Escrivá.

Y es que "cuando compones en tu casa no estás con la banda, no solemos componer en el local del ensayo", explica el guitarrista acerca de esa necesidad de mostrar en público el proceso de creación de cada canción. La idea, según sus palabras, es "mostrar las canciones tal como fueron compuestas a guitarra y voz, y es verdad que en este formato trío hemos incorporado el contrabajo o el bajo en algunos temas".

Canarias era una geografía pendiente en el itinerario profesional de los valencianos. Lo explica el guitarra: "queríamos pisar ya las Islas Canarias porque también merecen que estemos allí, es parte nuestra también; hacemos el esfuerzo para que la gente se acerque a nosotros, bien sea poca o mucha porque en realidad nos da igual".

La cercanía

En esta gira que toma el nombre del disco, del que se han lanzado singles como Mañana asesina y Volver a casa, mandan las distancias cortas, tener al público cerca. "Está claro que siempre es agradable tocar ante mil personas, pero estamos disfrutando de los acústicos por la cercanía ante un público pequeño", reflexiona Joseman Escrivá. "Acabamos de tocar y nos mezclamos entre el público para conocer su opinión, su crítica, lo que quieran compartir con nosotros, porque al final no todo es tocar, son experiencias que cada uno hace suyas, y eso lo recibimos".

La banda que retrata Rioflorido es otra distinta a la de los comienzos. Dos años separan este disco del anterior Ventura, y para la banda, todo es fruto de una evolución casi natural. "Como músicos llevamos muchos años en diferentes formaciones, con composiciones para cine y publicidad, y el primer disco era algo que teníamos desde hacía tiempo e íbamos dándole forma, y el segundo nos vino más de golpe, ha cogido más forma y vuelo, y que nos viene muy bien para el directo porque son canciones con energía".

Asegura Joseman Escrivá que "el maridaje de estos dos discos permite que en los conciertos navegues por todos los estilos y formas musicales que tenemos". El resultado es un sonido que evoca paisajes comunes del rock clásico con el sello de los valencianos. "No es algo premeditado, no buscamos este u otro estilo, sino que tenemos claro lo que no queremos, y con esas premisas tanto a nivel de texto como en lo musical vas reduciendo, y queda lo que queda".