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Prebióticos: tesoros de la dieta anti-COVID

Los expertos coinciden en que cuanto mejor estemos alimentados, mejor podremos enfrentar una posible infección

Selección de alimentos prebióticos.

Hablar de dieta antiCOVID puede suponer abrir la puerta a críticas de todo tipo por parte de médicos o científicos que señalan que aún no hay suficiente evidencia científica para demostrar empíricamente que el comer unos u otros alimentos nos vayan a ayudar a dar esquinazo al SARS-CoV-2 o llevarlo sin gravedad. Donde sí existe asentimiento generalizado es que cuanto mejor estemos alimentados, mejor podremos enfrentar una posible infección.

Ante el inminente inicio del curso escolar y con los niños menores de 12 años y gran parte de los adolescentes sin haber recibido la pauta completa de la vacuna antiCOVID, eminencias científicas como Sonia Villapol proponen cuidar al máximo la alimentación.

Antes de recordar sus palabras, recordemos, qué es la microbiota según el diccionario de la Real Academia Española: flora microscópica que reside en un organismo. Es decir, el conjunto de bacterias que tenemos por ejemplo en el intestino.

“La micriobiota sana –señala Sonia Villapol– produce componentes beneficiosos y si hay un déficit o desaparece una bacteria por el COVID estaría bien reemplazarla. Como prevención, es super importante comer bien, con vitaminas, para tener una micriobiota sana y de esta manera estás protegido en caso de que te infectes. La comida, la flora bacteriana, son moduladores del sistema inmune y el COVID ataca el sistema inmune a parte del respiratorio”.

Villapol añade que “los prebióticos te cambian la flora bacteriana. Estamos analizando si estos cambios pueden ayudar a la gente que tiene COVID persistente; si estas bacterias pueden actuar como biomarcadores indicando si una persona a largo plazo con COVID persistente va a ir a mejor o a peor”.

Una cuestión surge, ¿qué son los prebióticos? Aclaramos que no son lo mismo que los probióticos. Estos son alimentos como el kéfir, considerado así porque es fermentado; yogur, derivados de soja, vinagre de manzana, chucrut, chocolate, miso, té kombucha.

“Los prebióticos están formados por azúcares o hidratos de carbono fermentables que no son digeribles y sirven de alimentos para los probióticos que son las bacterias vivas. Es importante que en nuestra dieta incluyamos alimentos frescos y de temporada del reino vegetal para que la micriobiota sea competente ya que de ella depende el 80% de las defensas y la serotonina. El bienestar emocional depende de la salud de los probióticos, de la salud de esa flora intestinal que, a su vez, depende de la ingesta de los prebióticos”, explica la nutricionista y farmacéutica Amil López Viéitez.

Esta experta viguesa señala que “los alimentos interesantes como prebióticos son la cebolla, espárragos, espinacas, ajo, puerro, remolacha, fruta fresca de temporada”. E incluso incluye el aceite de oliva, que “aunque no tiene hidratos de carbono fragmentables favorece la actividad de los probióticos. El aceite de oliva y el queso de cabra activan la actividad de los probióticos y la microbiota, por eso se consideran prebióticos”. Otros autores añaden las patatas, cereales, incluida la quinúa, garbanzos, lentejas.

Fritos, cocidos o asados también valen

Teniendo claro los alimentos que son prebióticos surge la duda de si conservan sus propiedades si los freímos, asamos o cocemos. “Normalmente son azúcares y normalmente resisten la temperatura”, señala Amil López.

No obstante, matiza que “hay un problema con los prebióticos. Estoy viendo en consulta que está aumentando las patologías intestinales como el intestino irritable, meteorismo (gases,inflamación abdominal), colon irritable. Para esas personas el consumo de prebióticos estaría contraindicado porque como provocan fermentación agudizan los síntomas de estas patologías”.

Por ello, López recalca que “el mensaje es siempre consultar con un farmacéutico o nutricionista antes de empezar a tomar prebióticos o probióticos por nuestra cuenta. Tampoco sirven todos por igual”.

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