Los riñones, un par de órganos básicos para mantener nuestro organismo limpio, eliminan los tóxicos que introducimos con la bebida y la comida a través de la orina. Para ello necesitan un elemento fundamental en nuestras vidas, el líquido elemento o agua. Pero hay que tomar agua en su justa medida porque tan malo es quedarse corto como pasarse. Beber poco favorece la formación de cálculos renales y hacerlo en demasía puede llegar a provocar hiperhidratación.

Un medidor exacto de si estamos haciendo trabajar más o menos a los riñones lo tenemos en la orina. Su color, más o menos amarillo, nos indica la cantidad de toxinas que estamos excretando. El color ideal de la orina es un leve tono amarillento, que mostrará que estamos bebiendo la cantidad justa de agua, en torno a los dos litros al día, dependiendo de si ingerimos otros líquidos, caldos, sopas, infusiones, zumos o refrescos. Dentro de todos los líquidos que puedes tomar, los hay más o menos saludables y debes aprender a identificarlos.

Los nefrólogos advierten del riesgo del exceso de sal en las comidas.

Menos sal y azúcar

Además del agua, es importante evitar el exceso de sal y de azúcar. Cuanta mayor presencia de estos elementos tenga tu dieta, peor funcionarán tus riñones. De hecho, las personas que sufren de hipertensión -que requiere controlar la sal en las comidas- o de diabetes -que precisa controlar el azúcar- tienen mayor probabilidad de padecer de los riñones. Por eso es mejor eliminar de nuestra dieta los refrescos azucarados y los zumos envasados. La alternativa saludable son las infusiones y los zumos naturales y batidos de frutas. Estos últimos puedes preparártelos en casa con ayuda de una licuadora o una batidora. Tampoco sientan bien a tus riñones ni los snacks salados ni la bollería y lo peor que reciben, por supuesto, es el alcohol. Asimismo, las dietas hiperprotéicas son enemigas del riñón.

La retirada de sal, azúcar, refrescos azucarados, zumos envasados, snacks salados y alcohol de tu dieta constituirán una gran ayuda para tus riñones. Esto, además, redundará en tu figura, ya que el abuso de todos esos productos, que contienen grandes cantidades de sal y azúcar, añade kilos a tu cuerpo y representa una de las principales causas de la epidemia de sobrepeso y obesidad que sufre nuestra sociedad. Si controlas tu peso y adelgazas, consigues también evitar la sobrecarga de tus riñones, pues cuanto mayor es tu masa corporal, mayor ha de ser el filtrado de toxinas.

Berenjenas. SHVETS, a través de Pexels.

Más legumbres, frutas y verduras

Pero no solo se trata de evitar ciertos alimentos, aún puedes hacer más por tu salud renal con la inclusión de comida que ayuda a fortalecerla. Las vitaminas del grupo B, tanto la B6 como la B12, son protectoras de la salud de los riñones, pues contribuyen a reducir los elementos que favorecen la formación de piedras. Así, funcionarán mejor tus riñones si comes alimentos que contengan estas vitaminas, como las legumbres, frutos secos, cereales integrales, papas y verduras verdes, entre ellas el brócoli o las espinacas. También te ayudarán una serie de alimentos que poseen propiedades diuréticas, por la cantidad de agua que encierran. Se trata de frutas como la manzana, la piña o el melocotón, así como verduras como la berenjena, el apio o la cebolla.