Con el frío y los cambios de temperatura no es raro sufrir enfermedades típicas del invierno como el resfriado o la gripe. Aunque no existe un tratamiento cien por cien efectivo para remediarlo, lo cierto es que sí existen algunos métodos caseros que pueden ayudar a esquivar estos males o, en el peor de los casos, hacer que los síntomas se sobrelleven mejor.

Vitamina C

La ingesta de vitamina C puede ayudar a cortar el avance de la gripe e incluso a reducir su duración. También ayuda a aumentar las defensas. Para ello lo mejor es ingerir directamente cítricos, las frutas que contienen un alto porcentaje de este compuesto de forma natural. Naranjas, limones y pomelos son la mejor opción. Si resultan demasiado ácidos, se puede endulzar con un poco de miel.

Los cítricos son ricos en vitamina C. Shutterstock

Jengibre

Las propiedades analgésicas, antipiréticas y antibacterianas del jengibre hacen que sea una liado ideal a la hora de luchar contra la gripe. Una buena idea para consumirlo es en forma de infusión, que se puede acompañar con alguna clase de té, miel, limón o hiervas aromáticas.

Jengibre. Shutterstock

Ajo

El uso del ajo para combatir los resfriados se remonta a tiempos ancestrales. La razón es que contiene una sustancia llamada aliina, que se convierte en alicina cuando la machacas o masticas, un compuesto que ayuda a mejorar el sistema inmune. También está detrás de ese olor tan fuerte y particular que tiene el ajo. Para aprovechar todas sus propiedades lo ideal es comer el ajo en crudo una vez cortado o triturado. Se puede añadir a muchos platos salados como toque final tras su elaboración.

Ajo. Shutterstock

Sopa de pollo

El primer alimento que se viene a la cabeza cuando alguien está enfermo de gripe es una buena sopa de pollo. Y la ciencia dice que es una sabia decisión. Según un estudio publicado por la revista 'Chest', este caldo destruye los virus y las bacterias, ayuda a expulsar el moco e inhibe la migración de los neutrófilos, que son las células del sistema inmunológico responsables de acudir a los lugares infectados.

Un caldo de pollo. Shutterstock