Muchas veces no entendemos por qué nos sienta mal la comida, por qué hay alimentos que cada vez nos caen peor o no conseguimos descubrir cómo nuestra digestión se ha convertido en un proceso tan pesado y complicado.

Con el paso del tiempo, nuestro cuerpo se va adaptando a los alimentos y nosotros debemos facilitarle que hacer la digestión un proceso ligero que no derive en acidez, molestia estomacal, pesadez o sensación de hartazgo.

Siempre hemos convivido con la creencia de que lo mejor es quedarse bien lleno cuando comemos pero, en realidad, lo mejor es quedarse un poco por detrás para facilitarle a nuestro organismo una digestión óptima y fácil dentro de lo que dura el proceso.

Sin embargo, no solo la comida y el tipo de esta es el elemento que marca nuestro proceso digestivo. Debemos tener en cuenta que hay otros factores que también tienen su peso en esta tarea como por ejemplo la rutina horaria para comer, un masticado rápido, hablar mientras comemos o comer mal, entre otros.

Para evitar que la digestión sea un mal trance para ti, vamos a recomendarte seis hábitos que debes cambiar y adquirir para conseguir un bienestar general en tu organismo.

La tranquilidad, la base principal

Muchos expertos y nutricionistas abogan por lo que se conoce como la alimentación consciente.

Este método consiste en cumplir con una serie de hábitos, trucos y conductas que nos permitan, por un lado, disfrutar de la comida y, por otro, consumirla de tal modo que nos permita hacer una digestión ligera y fácil, alejada de dolores de barriga y molestias derivadas de una compleja digestión.

Los seis puntos que los expertos aseguran que deben cumplirse para tener una digestión sencilla son:

  • Comer despacio y sin distracciones
  • Comer solo hasta saciarse, para no llegar a una sensación de lleno absoluto
  • Atender la textura, la temperatura y el sabor
  • Estar consciente de la ansiedad por la comida: esta cuestión es muy importante porque la rapidez o lentitud con la que comamos influirá en la forma en la que se hará posteriormente la digestión.
  • Identificar los detonantes del hambre: una persona no come igual si lo hace bajo los efectos del estrés, la ansiedad o el nerviosismo. Estos son algunos de los indicadores que provocan una digestión complicada.
  • Comer variado, sano y equilibrado para mantener la salud y bienestar en general.