El presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria y especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Javier Aranceta, no está a favor ni del veganismo ni de que los ciudadanos sigan las recomendaciones y consejos de 'influencers' que se han abierto camino en el ámbito de la alimentación y los hábitos de vida saludables. "Ahora lo que prima en esta sociedad es precisamente el criterio de los 'influencers', marcan tendencia, proponen alcohol y azúcar cero, hacen amarillismo y meten miedo", señala en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de su participación en las islas en las jornadas 'Un reto compartido en el hogar' organizadas por Hecansa e Hiperdino.

Aranceta no duda de que es una forma de intrusismo en el campo médico que se ve beneficiado porque los endrocrinólogos están recluidos en los hospitales y se dedican principalmente a tratar enfermedades y "casos graves", no tanto para abordar cuestiones dietéticas. En esa línea, sostiene que los nutricionistas deben hacer "causa común" contra el auge de 'influencers' y blogueros --se esbozó un gran encuentro nacional pero se paralizó por la pandemia-- porque la salud y la nutrición "es muy seria, no es blanco o negro".

Así, apunta que aunque hay unas "líneas generales" que se deben seguir cualquier dieta debe estar "matizada" por un profesional y se pregunta si un ciudadano "cuando está jodido" va al 'influencer' a que le resuelva su problema. Incluso, Aranceta critica también a los cocineros que "se meten a recomendar" cuestiones nutricionales. "¿Yo me meto en como cocina usted el bacalao?", espeta.

Veganismo, prohibido en niños

Sobre el veganismo apunta que "es una moda ligada a una forma de ver la vida" que practican mucho budistas, mormones o adventistas, con una variable positiva, que es su sostenibilidad con el medio ambiente si bien también "tiene claroscuros" dado que en muchas ocasiones se obliga a los practicantes a ser "expertos" para configurar una alimentación sin carencias nutricionales porque no tienen carne, pescado o huevos.

Según Aranceta, eso obliga a la "suplementación" porque hay que buscar vitaminas, calcio o proteínas. "Cada uno que haga lo que quiera menos con los niños, en época de crecimiento y desarrollo lo desapruebo porque ser vegano no es una cosa que no tenga importancia, es una alimentación saludable pero con riesgos de carencias, te la estás jugando, no puedes asegurar que del mundo vegetal tengas todo el calcio, el hierro o las vitaminas", indica, subrayando que quizás "lo vegetariano" sea una opción más "inteligente".

Ayuno intermitente, interesante para casos puntuales

En cuanto al ayuno intermitente comenta que "puede tener interés" para casos puntuales y vinculados a patologías como diabetes u obesidad pero se opone a su práctica como "modo de vida" pues altera los ciclos internos de la nutrición.

Por eso, indica, "hacemos cinco comidas al día" porque algunas "se metabolizan mejor a una hora que a otra" o por eso se suele desayunar "más dulce, más cereales, más pan" y cuando se cambia el patrón, se engorda. "Soy partidario de comer más veces pero menos cantidad", señala, indicando que hay que "comer de todo" y lo que se "necesite", poniendo énfasis en reducir la ingesta especialmente a la hora de la cena.

Consumo moderado de vino, pero asociado a la comida

Cuestionado por la controversia en torno a la Estrategia en Salud Cardiovascular del Ministerio de Sanidad y el consumo de alcohol, se muestra a favor de un "punto de equilibrio" y diferenciar bien el vino y la cerveza de otras bebidas alcohólicas.

Aranceta se muestra partidario de un "consumo moderado" y asociado siempre a las comidas, "como se ha hecho siempre", pues es un elemento de la dieta mediterránea, por lo que descarta prohibirlo porque haya "talibanes" que defienden que "alcohol ni gota". Por ello, su recomendación es una o dos copitas de vino en las comidas para los varones y una para las mujeres porque tienen menos masa muscular y una enzima que metaboliza el alcohol que tienen en menor cantidad.