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Los oftalmólogos alertan sobre el glaucoma: “La mitad de los afectados no saben que lo padecen”

El Instituto Fernández-Vega reúne en Oviedo a 250 especialistas en la primera causa de ceguera irreversible, que puede cursar sin síntomas

De izquierda a derecha, los doctores Andrés Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, Pedro Pablo Rodríguez Calvo e Ignacio Rodríguez Uña, en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. Luisma Murias

La mitad de las personas que sufren un glaucoma lo desconocen y eso provoca que, a menudo, el diagnóstico no llegue hasta que la enfermedad está muy avanzada. Esta es la voz de alarma que levantaron ayer los especialistas que participan en el II Curso de Actualización en Glaucoma, que se desarrolla este finde semana en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, en Oviedo.

“En el campo del glaucoma, continúa habiendo una cifra categórica: el 50 por ciento de las personas que lo padecen no lo saben. Es una enfermedad asintomática y que no da ninguna señal. Resulta decisivo detectarlos precozmente y no cuando la enfermedad está ya muy avanzada”, destacó Ignacio Rodríguez Uña, director de la actividad junto a su colega Pedro Pablo Rodríguez Calvo.

El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible. Se trata de una enfermedad degenerativa y silenciosa, que deteriora el nervio óptico provocando la pérdida progresiva de las fibras nerviosas sin que el paciente lo note en las primeras fases de la enfermedad. “Es una enfermedad que no se cura. Si no se diagnostica a tiempo y no se trata, el desenlace es perder la vista. El objetivo del glaucomatólogo es preservar la vista y la calidad de vida hasta el final. Se consigue en la mayor parte de los casos”, indicó Pedro Pablo Rodríguez Calvo.

En el curso participan más de 250 profesionales de toda España. Se dirige oftalmólogos, investigadores en ciencias de la visión y especialistas generales o en formación. La hipertensión ocular es el paso previo a desarrollar un glaucoma, aunque no todos los que presentan la primera desembocan en el segundo. Ambos tienen una prevalencia que oscila entre el 2 y el 4 por ciento de la población. “Aumentan los casos porque vivimos más años y es una enfermedad ligada al envejecimiento”, indicaron los especialistas. “Estamos aumentando más la detección precoz. No es que haya más, es que los vemos antes, los tratamos antes y cambiamos el curso de la enfermedad”, añadieron. En el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega se practican unas 350 cirugías de glaucoma al año.

Ignacio Rodríguez Uña hizo hincapié en los avances que están imprimiendo la inteligencia artificial y el big data en los diagnósticos de glaucoma. “La aplicación de una gran cantidad de datos clínicos y pruebas de imagen aumenta la potencia de detección de la enfermedad. No solo para detectarla, sino también para comprobar si la enfermedad progresa y predecir los daños que ocasiona”, aseveró.

Es muy importante concienciar a la ciudadanía sobre necesidad de revisiones, sobre todo en personas que tienen antecedentes familiares de glaucoma”, aseveró Pedro Pablo Rodríguez Calvo. Están en marcha estudios genéticos del glaucoma. “Disponer de un biomarcador genético ayudaría a saber si algunos pacientes con antecedentes familiares de glaucoma pudieran tener riesgo de sufrir la enfermedad. Contribuiría a detectar la enfermedad mucho antes, mejorando así el pronóstico”, puntualizó Rodríguez Uña.

El doctor Rodríguez Calvo expuso el panorama actual de los tratamientos del glaucoma: “El mayor desarrollo se está produciendo en la vía de administración. Hay muchos estudios para tratar de disminuir el uso de colirios y utilizar fármacos por vía subconjuntival o intraocular. Son dispositivos que se colocan en la cámara anterior del ojo o en el vítreo, para que vayan liberando el medicamento de manera sostenida”. Un aspecto que se estudia es cada cuanto tiempo puede realizarse esta maniobra: tres meses, seis meses, un año.... teniendo en cuenta el elevado volumen de consultas que generaría. “Una de las ventajas es que garantiza un mejor cumplimiento de los tratamientos que si el paciente debe administrarse todos los días un colirio”, indicó Rodríguez Calvo.

En muchos casos, resulta suficiente un tratamiento con colirios o con láser. Pero, en otros, se requiere cirugía, incluso más de una. Se ha avanzado en la implantación de dispositivos de microcirugía que hacen que sean menos invasivas y menos agresivas; pero también son menos eficaces. Con todo, pueden permitir retrasar otras cirugías más invasivas o emplearse después de cirugías clásicas más agresivas. “El 90 por ciento no ofrecen complicaciones, pero tienen más riesgos que operar cataratas”, afirmó el doctor Pedro Pablo Rodríguez Calvo.

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