El aumento de la edad media de la población de las sociedades occidentales acarrea el inevitable aumento de los problemas de salud asociados a la longevidad.

Entre ellos preocupan, y mucho, los trastornos mentales de origen degenerativo. Uno de ellos es el alzhéimer, un mal sin cura cuyos síntomas están emparentados con los de la demencia. En este sentido, un equipo de investigadores ha descubierto una nueva señal indicativa del riesgo de contraer esta enfermedad.

El bajo Índice de Masa Corporal está asociado a un mayor riesgo de contraer alzhéimer

Tal y como suena, las personas con un bajo IMC (Índice de Masa Corporal) tienen un mayor riesgo de padecer Alzheimer en el futuro.

Así lo sugiere un estudio comandado por Karel Kostev, investigador de IQUVIA, una organización que, a nivel mundial, utiliza datos y analíticas médicas con el objeto de prevenir enfermedades y desarrollar estrategias para el cuidado de la salud.

En el estudio referido participaron casi 300.000 pacientes cuya edad media rondaba los 70 años y la conclusión fue definitiva: los casos comprobados de demencia o alzhéimer a 10 años vista fueron del 11,6% en personas con bajo peso, contra el 8,7% de los pacientes con obesidad.

Por lo tanto, mantener un peso corporal excesivamente bajo parece ser un factor que incide negativamente en el desarrollo de este tipo de trastornos neurodegenerativos.

Los estrógenos también influyen

Por otra parte, el nivel de estrógenos también influye en el riesgo de sufrir esta clase de afecciones.

Los resultados de diversos estudios son concluyentes en este sentido y por eso, a igualdad de edad, las mujeres son menos susceptibles de padecer demencias o el mal de alzhéimer.

La edad, el factor decisivo

Pero más allá del IMC y del sexo, lo que está claro es que el parámetro más relacionado con el desarrollo de estas dos afecciones cognitivas es la edad.

Y este es un factor que no se puede controlar. Por lo tanto, mientras no se encuentre una terapia adecuada para frenar o revertir este tipo de trastornos, las enfermedades neurodegenerativas son el peaje inevitable que ha de pagarse a cambio de la longevidad.