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Este es el motivo por el que millones de personas lavan el arroz antes de cocinarlo, según la ingeniera de alimentos Mariana Zapién

Reducir el arsénico, lograr un arroz más suelto o simplemente ganar en tranquilidad

Lavar o no el arroz

Lavar o no el arroz / LP/DLP

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

Antes de que llegue al sushi, al arroz a la cubana o a ese tupper que te salva entre semana, este cereal ha pasado por más tierra y agua de la que imaginas. El arroz es uno de los ingredientes más consumidos del mundo y, a la vez, uno de los más controvertidos en su preparación: ¿hay que lavarlo o no?

Mariana Zapién, ingeniera en alimentos, lo tiene claro, y no solo por tradición o gusto, sino por ciencia. “Lavar el arroz de tres a cinco veces puede reducir el arsénico hasta un 30%, y si lo cocinas con una alta proporción de agua, puedes disminuirlo hasta en un 45%”, explica la especialista en un vídeo que se ha hecho viral en Instagram.

Arsénico y almidón

Puede sonar alarmante, pero no lo es tanto: el arroz contiene trazas de arsénico porque esta sustancia está presente de forma natural y también por la contaminación humana en el suelo y el agua. Y como el arroz crece en condiciones húmedas, es uno de los cultivos que más lo absorben. “No es algo para entrar en pánico”, aclara Zapién. “Tendrías que comer más de medio kilo de arroz al día durante más de cuatro años para tener algún efecto adverso”.

Lavar el arroz también ayuda a eliminar polvo, impurezas y parte del almidón que recubre los granos. Como resultado, obtienes un arroz más suelto, limpio y brillante. “Si buscas un grano que quede separado, sin esa textura pastosa, lávalo sin miedo”, recomienda la experta.

¿Y si lo quiero pegajoso?

También hay casos en los que lavarlo no es lo ideal. Si tu receta requiere que el arroz sea más compacto como en algunos postres, platos orientales o el arroz glutinoso, es preferible no eliminar ese almidón extra. “Depende del tipo de plato y de la textura que quieras conseguir”, resume Zapién. “A nivel de seguridad alimentaria, no lavarlo no supone ningún riesgo directo”.

Este cereal no es solo relleno, aporta energía en forma de carbohidratos complejos, pero también contiene vitamina B, calcio, potasio y otros minerales. En muchas culturas, es la base de la alimentación diaria, y de ahí que surjan tantos mitos y tradiciones sobre su cocinado. Desde el agua del primer lavado hasta cuántas veces se debe enjuagar, cada familia parece tener su método. Pero ahora, la ciencia se suma a la conversación.

“Lavar el arroz no es obligatorio, pero puede tener beneficios concretos”, concluye Zapién. Ya sea por salud, por textura o por costumbre, la próxima vez que abras una bolsa de arroz, sabrás exactamente qué decisión tomar. Y no por superstición, sino por información.

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