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Nunca más bebas cerveza así: la Dra. Muñoz explica los riesgo de consumirla en lata

La especialista en el aparato digestivo explica por qué nunca tendrías que tomarla directamente del recipiente

La doctora María Muñoz pide que consumas la cerveza en vaso

La doctora María Muñoz pide que consumas la cerveza en vaso / LP

Luis Miguel Mora

Luis Miguel Mora

Una lata bien fría de cerveza es algo que pocas personas rechazan. Escuchar ese sonido característico al abrir el recipiente y llevártelo a la boca es una de las mejores sensaciones que existen. Sin embargo, la Dra. María Muñoz, especialista en el aparato digestivo, pide que nunca la bebamos así, porque pierde muchos de sus matices. Además, esto también afecta en nuestra digestión.

En España se venden alrededor de 5.000 millones de latas de cerveza al año. Este dato representa aproximadamente un 57% del total de latas de bebidas comercializadas ese año en el país, lo que destaca la popularidad del formato lata entre los cerveceros frente a las botellines de tercio, quintos o litros.

La cerveza siempre en vaso, nunca en lata

Uno de los principales motivos por lo que deberías echar la cerveza a un vaso es que al beber de la lata, se anula el olfato, un sentido fundamental en la percepción del sabor. "Aunque creemos que degustamos con la lengua, gran parte del sabor en realidad es aroma", explica Muñoz. Al no permitir que la cerveza entre en contacto con el aire, se bloquea la liberación de compuestos que el olfato detecta y que completan la experiencia gustativa.

Al servir la cerveza en un vaso no solo se libera su dióxido de carbono, sino que además se forma la característica capa de espuma. Esta espuma funciona como una protección natural que ayuda a retener aromas y a evitar que la bebida se oxide demasiado rápido. También permite disfrutar de otros aspectos de la cerveza, como el color o la evolución de la temperatura, detalles imposibles de apreciar bebiendo directamente de la lata.

Menos hinchazón y pesadez al beber del vaso

Al echar la cerveza en un vaso se libera parte del gas, lo que ayuda a reducir la acumulación de dióxido de carbono en el estómago. Esto significa menos eructos, menos sensación de pesadez y una reducción notable de la hinchazón abdominal que muchos asocian al consumo de cerveza. Esto se puede aplicar tanto a esta bebida como a los refrescos.

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Además, aunque las latas están diseñadas para ser seguras y preservar la calidad de la bebida, la Dra. Muñoz recuerda que siempre existe un leve rastro metálico que se percibe al beber directamente. Ese toque, aunque sea mínimo, puede alterar el sabor natural de la cerveza.

Servir la cerveza permite disfrutar de una experiencia más completa, donde la vista, el olfato y el gusto se combinan para apreciar mejor la bebida. Así que sigue los consejos de la Dra. María Muñoz para sacar el máximo partido al sabor y a los matices de la cerveza.

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