Esta semana va a ser dura para todos los que comienzan a regresar de vacaciones y retoman su actividad laboral y la vuelta a las rutinas. Los hay que apuran hasta el último segundo de libertad. Hay otro en cambio que optan por ir aterrizando poco a poco.

Pues bien, según los expertos este segundo camino es el correcto. Porque si el cambio se produce de forma abrupta, puede acarrear problemas en el bienestar emocional, generando el conocido síndrome posvacacional.

Se debe evitar este trastorno ya que, en los casos más graves, puede derivar en serios problemas como malestar físico, irritabilidad, estrés, frustración, problemas de sueño, cansancio, falta de apetito o menor productividad.

Tras las vacaciones de verano los hogares tendrán que reajustar aún más sus cuentas Luis Millan

El retorno de los niños

En el caso de los niños «para afrontar un nuevo curso escolar, es conveniente que los padres planifiquen junto a sus hijos, de acuerdo a su edad y sus capacidades, un proceso de adaptación para que la vuelta a la rutina no sea tan estresante» explica Andrés Córdoba, psicólogo de Sanitas.

¿Cómo? Pues el experto recomienda que "una semana antes del inicio de las clases, podemos ir retomando gradualmente las rutinas de sueño, horarios de comidas, baños, y ayudarles a preparar el material escolar, libros o ropa".

"Cada año, por estas fechas, se produce un aumento de las consultas tanto presenciales como online en psicología para afrontar este proceso", matiza.

  • "Es importante estimular la actividad cognitiva de los niños, y darles responsabilidades que vayan preparándolos para la vuelta al colegio, y a la rutina de realizar sus deberes; así como una adaptación progresiva a la hora de irse a la cama", explica Marta López, jefa de sección de Urgencias y Consultas Externas de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.

Sencillos consejos para la vuelta

Por todo ello, los expertos de Sanitas han elaborado un listado con consejos, que son válidos tanto para los adultos como para los más pequeños del hogar, de cara a combatir el síndrome postvacacional y allanar el terreno hacia la rutina.

  • No apurar hasta el último día. Aunque es común querer aprovechar las vacaciones al máximo, no es aconsejable que el retorno se produzca justo el día antes de reincorporarse.

¿Por qué? Pues porque pasar en tan sólo un día de un contexto vacacional a otro de trabajo y esfuerzo puede ser un shock mental duro.

Por ello, se recomienda retornar al hogar unos cuantos días antes para poder asimilar el cambio.

Archivo - Turistas en la playa en el Arenal. Clara Margais/dpa - Archivo

  • Recuperar la rutina de sueño. Nos hemos acostado tarde y hemos madrugado poco. Por eso, el cuerpo necesita varios días de repetición de un horario para acostumbrarse y conseguir que las horas de sueño sea más reparadoras.

Por eso, lo aconsejable es intentar ir adaptando sus horarios a los de su rutina durante su última semana de vacaciones.

  • Asumir responsabilidades progresivamente. La introducción de pequeñas tareas y objetivos también sirve para ir adaptando la mente a las responsabilidades que esperan a la vuelta del descanso.

"En el caso de los niños, se les puede ir encargando tareas o acciones que estimulen su actividad cognitiva, y existen infinidad de actividades o juegos en los que pueden divertirse mientras comienza a aclimatarse, como la lectura, juegos de matemáticas, cartas, pasatiempos o pintura", afirma la pediatra López Capapé.

Introducir novedades con respecto al curso anterior. La ilusión para afrontar el arranque del nuevo curso es fundamental. Al reencuentro personal con compañeros y amigos, se puede añadir el inicio de una nueva actividad.

Puede ser de ocio o un pasatiempo que ayude a estimular el cerebro como aprender a cocinar, montar en bicicleta o tocar un instrumento musical.

Un estudio concluye que una reducción del estrés laboral permitiría evitar 1 de cada 5 casos de depresión.

Esto es "algo altamente recomendable en el caso de los niños", añade la especialista del Hospital La Moraleja.

Son pautas fáciles que, con apenas un poco de planificación, allanarán la vuelta de la rutina para todos los miembros de la casa.

Así podrán ayudar a esquivar o mitigar los efectos negativos del síndrome postvacacional, que apenas dura más allá de 2 o 3 semanas.

En caso de que persistieran dichos efectos, lo mejor y más aconsejable es acudir a un especialista psicólogo.