Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) 2 de cada 5 personas en España no saben qué es el síndrome del intestino irritable, a pesar de padecer los síntomas.

Se trata de una patología crónica, pero benigna. Aunque los que la sufren, entre el 10 y el 15% de la población, ven muy afectada su calidad de vida. Hasta el punto de que desde la FEAD calculan que esta patología es la segunda causa del absentismo laboral.

Síntomas del intestino irritable

Síntomas del intestino irritable Entre los principales síntomas de este síndrome, los expertos destacan 3:

  • Dolor abdominal.
  • Hinchazón abdominal.
  • Cambios tanto en la frecuencia como en la consistencia de las heces. En otras palabras, pueden experimentarse episodios de diarrea o de estreñimiento, incluso ambos seguidos.

Además de estos, el paciente con síndrome del intestino irritable puede tener otros como:

  • Mucosidad en las heces.
  • Sensación de no quedar satisfecho tras defecar.
  • Incontinencia fecal.
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Flatulencias.

No se ha determinado con exactitud la causa concreta que provoca estas molestias. Algunas teorías apuntan a la posibilidad de que respondan a «contracciones anómalas del colon y del intestino delgado», explican desde la FEAD.

Otras apuntan que pueden ser consecuencia de haber padecido alguna infección gastrointestinal grave (por ejemplo, Salmonella, Campylobacter, Shigella o virus).

Tratamientos

Tratamientos Los especialistas en aparato digestivo dejan claro que actualmente, «no existe un tratamiento único, idóneo ni curativo para el síndrome del intestino irritable«. Tampoco productos ni terapias milagrosas.

Lo importante es que el paciente sepa que se trata de una patología completamente benigna, que no predispone a padecer otras enfermedades mucho más graves como el cáncer.

Una vez aclarado este punto, será el especialista el que determine el tratamiento a seguir que, en general, puede basarse en tres pilares básicos: unos correctos hábitos de vida, una correcta alimentación y, en caso de que sea necesario, el uso de determinados fármacos.

Cambios en los hábitos de vida

Cambios en los hábitos de vida Si el paciente quiere controlar los síntomas, en la medida de lo posible, es esencial llevar un estilo de vida «ordenado y equilibrado». Para ello, la FEAD recomienda:

  • Nada de tabaco ni alcohol.
  • Cómo uno de los síntomas principales son los problemas en la defecación, los especialistas recomiendan dedicar el tiempo que sea necesario a ello, y no demorar la visita al baño si se siente necesidad.
  • Realizar diariamente ejercicio durante 30 o 45 minutos.
  • Reducir el estrés.

Recomendaciones dietéticas

Recomendaciones dietéticas No todos los pacientes son iguales ni tienen los mismos síntomas, así que tiene que ser el especialista que lleve cada caso quién establezca el mejor tratamiento. En cualquier caso, hay algunos puntos que son comunes para los que padecen el síndrome del intestino irritable:

  • Los especialistas subrayan que, a priori, «no existen alimentos prohibidos o malos. Cada persona debe identificar que alimentos le sientan peor y reducirlos».
  • No se debe eliminar ningún alimento de la dieta si no es un especialista el que así lo establezca.
  • Como norma general, alimentos como las especias, la cafeína, los picantes, las grasas, formadores de gas o comidas muy condimentadas es mejor que las evitemos.
  • Es recomendable beber agua y tomar frutas y verduras, sin necesidad de excederse.
  • Es importante realizar cuatro-cinco comidas al día y tomarse tiempo para hacerlas. Como mínimo 20 minutos.
  • Hay que comer despacio y, a ser posible, siempre a las mismas horas.
  • En caso de que el síntoma sea el estreñimiento, hay que tratar de evitarlo. Pero teniendo en cuenta qu el aumento de la ingesta de fibra debe ser proporcional al de los líquidos sin gas.

Tratamiento farmacológico

Tratamiento farmacológico Son numerosos los fármacos existentes para aliviar los síntomas del intestino irritable. Pero siempre será el gastroenterólogo el que determine si es necesario usarlos y cómo.

Entre los medicamentos más usados se encuentran:

  • La fibra, bien soluble o insoluble.
  • Los laxantes.
  • Antidiarreicos.
  • Espasmolíticos.
  • El péptido linaclotida.
  • Antidepresivos.
  • Probióticos.
  • Antibióticos.