El brasileño Rubens Mattos, que trabaja como encargado del establecimiento, recibió la mochila de manos de una cliente y, a pesar de dudar al principio, decidió devolverla cuando comprobó su contenido.

"Pensé: Ave María, va a salvar mi vida. Pero no vale la pena, no es mío", relató el hombre al portal de noticias.

Mattos precisó que el volumen de billetes no era muy grande, aunque sí de alto valor facial, y aseguró que no se sosegó hasta que no devolvió el dinero.

La mochila fue encontrada el jueves de la semana pasada en una silla de la cafetería y Mattos la entregó un día después a objetos perdidos.

El departamento buscó, encontró y finalmente se la devolvió a su legítimo dueño, un exportador de limones de la ciudad de Salvador (capital del estado de Bahía), que regresaba a casa después de un viaje comercial a Europa.