Temporal en Canarias

El mar devora la Charca de Maspalomas

El viento del Atlántico y el arrastre del barranco convierten El Faro en una 'zona cero' del temporal

El mar devora la Charca de Maspalomas

El mar devora la Charca de Maspalomas

Antonio José Fernández - SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA.

La estampa que presentaba a mediodía de ayer la desembocadura del barranco de Maspalomas era sencillamente desoladora. La Charca, tal como era conocida por los grancanarios, había vuelto a desaparecer de la faz de la costa por obra y gracia del fuerte temporal de viento que se registró en la zona.

Un Atlántico embravecido usurpó de nuevo la zona que habitualmente nunca toca y ello, unido al gran caudal de agua que bajaba por el canal y las secuelas de la borrasca de primeros de mes, convirtió este espacio en el escenario perfecto para rodar una nueva película de catástrofes naturales. A muchos la imagen que tenían por delante les recordaba a la secuencia de la inundación de Nueva York en El día de mañana. Eso sí, sin efectos especiales ni Dennis Quaid de por medio.

La Policía Local de San Bartolomé de Tirajana se vio en la obligación, a media mañana del martes, de acotar con cinta la zona de tránsito y baño en la cala. Apenas 200 metros cuadrados de arena seca situados entre el acceso al hotel Maspalomas Oasis y el chiringuito número 1, que se hallaba a punto de ser besado por la pleamar mientras a su lado se apilaban cientos de hamacas retiradas apresuradamente del gran meandro formado en la unión de las dos corrientes en cuestión de horas.

"Aquí se esperaban vientos de entre 90 y 120 kilómetros por hora y estoy seguro de que al menos hemos tenido de hasta 80 y olas de cinco metros", describía un miembro de Cruz Roja junto a la bandera azul mientras decenas de turistas no paraban de inmortalizar con sus cámaras la tempestuosa unión del barranco con el océano.

Junto a la imposibilidad de cruzar por este espacio, el temporal provocó que acabasen en la playa toneladas de restos de caña, tuneras, troncos y otros restos vegetales procedentes del interior de la isla. "Lo peor es que este temporal ha hecho que hayan desaparecido por lo menos 50 metros de frente de playa", añadía Raúl Miranda, patrón de la citada ONG, tras apuntar que "llevo varios años aquí y he visto muchos destrozos, pero ninguno como éste".

PLEAMAR. El momento más crítico se produjo entre las 14 y las 14.45 horas, cuando la pleamar agravó la situación de auténtico pedregal en el que se había convertido la zona del centro comercial existente junto al hierático Faro.

Pero el agua y el viento no estaban reñidos con el buen tiempo que se registraba al filo de las dos de la tarde. Los termómetros marcaban 26 grados en el Campo Internacional y un cielo despejado que invitaba a muchos a pasear en bañador junto a un canal cargado de líquido.

El temporal también dejó secuelas en el aspecto económico. "Como la playa se ha partido en dos, hoy hemos notado menos movimiento", confesaba Ramón Díaz, camarero del restaurante Cactus. Más pesimista era Javier Liaño, encargo de los chiringuitos de la zona de Maspalomas tras describir un panorama dantesco. "No se puede caminar entre los chiringuitos 3 y 4 y del 4 al 5. La playa se ha quedado tan mal que vamos a estar dos meses por lo menos sin rascar bola porque el daño ha sido muy grande", relataba junto al chiringuito número 1.

Minerva Rodríguez, dependienta de este último puesto, se mostraba incluso más pesimista. "Como esto siga así, el mar puede que hasta arranque el chiringuito. Ya pasó hace unos nueve años, cuando el temporal se llevó dos de ellos", rememoraba.

Entre el grupo de tertulianos también había quien maldecía la última riada "porque ayer mismo terminamos de retirar toda la basura que bajó hace dos semanas, con las lluvias de primeros de mes, y mira ahora cómo está todo". Como es obvio, nunca llueve a gusto de todos.

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