Menos eventos agudos de tipo cardiovascular y una sensible contribución en la reducción de las crisis en las patologías respiratorias son los primeros efectos que el endurecimiento de la Ley Antitabaco, vigente desde el mes de enero, va a producir este año en las enfermedades asociadas al tabaquismo.

En concreto, la nueva normativa producirá entre un 15 y un 20 por ciento menos de casos de infarto de miocardio, un impacto en la salud de la población similar en las Islas al resto del territorio del Estado, según valora Vicente Nieto, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.

Esa cifra también se equipararía a la de los países en los que se aplica una legislación con similares restricciones al consumo del tabaco que en España, según el especialista. "Los efectos de la ley", señala Nieto, "aún no estamos notándolos en el hospital; más allá de las percepciones, no hay datos. Pero se constatará en la tasa de cardiopatía isquémica, en los infartos sobre todo".

Una previsión notable si se tiene en cuenta que en España se producen 70.000 infartos al año de los que la mitad acaban siendo mortales el primer año.

El efecto también será positivo en la salud cardiovascular de los fumadores pasivos. "La mortalidad en estos pacientes por enfermedad cardiovascular y respiratoria es el doble de lo que se esperaba, lo que significa que más del 50 por ciento de ellos tiene problemas".

El tabaquismo, también asociado a otras enfermedades del sistema circulatorio como los accidentes cerebrovasculares, tiene que ver con las 4.000 muertes que se producen por estos episodios al año en España.

Por eso el cardiólogo subraya que, junto a los casos agudos, las restricciones a los fumadores asimismo van a contribuir a mejorar el pronóstico de esas elevadas cifras.

En las patologías de tipo respiratorio la incidencia en enfermedades agudas no será tan relevante, en este primer año de aplicación de la reforma, como en paliar la frecuencia de los problemas que originan por ser crónicas.

A juicio de Lorenzo Pérez Negrín, especialista en tabaquismo de la Asociación Canaria de Neumología y Cirugía Torácica (Neumocan), la disminución del hábito de fumar "tiene más incidencia en las enfermedades crónicas, como la EPOC, no en otras agudas que afectan al aparato respiratorio".

No obstante, "también en las enfermedades más agudas con el registro de menos eventos, y en las crónicas, con menos recaídas y, por tanto, con una disminución en la frecuentación de las consultas médicas", según el especialista.

Para Pérez Negrín, el verdadero impacto de la Ley Antitabaco empezará a verse este año, cuando se ha endurecido la norma, no cuando empezó a aplicarse en su primera versión en enero de 2006. "El efecto en Canarias ha sido relativo por las singularidades fiscales que permitían la laxitud en la aplicación de la ley. Pero con la reforma será similar al resto del Estado".

Deshabituación

Los especialistas no están notando en la práctica asistencial una reducción en los casos de patologías respiratorias vinculadas al consumo del tabaco. "Aún es muy pronto, y menos en pleno invierno", cuando este tipo de enfermedades están en su ciclo alto debido a las condiciones climáticas, según explica Miguel Ponce, neumólogo experto en tabaquismo del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.

Sin embargo, la demanda de tratamientos de deshabituación sí se ha incrementado ligeramente en la unidad especializada de tabaquismo del Instituto Canario de Medicina Avanzada (ICMA). El perfil del paciente es un hombre (son el doble que las mujeres), de 40 a 50 años de edad, con 15 años de hábito, un consumo de una cajetilla de media diaria y trabajador con estrés elevado, según Ponce.