Los vecinos del sur de Fuerteventura, en concreto de los municipios de Pájara y Tuineje, se despertaron ayer con una imagen poco habitual, una granizada que se dejó sentir no solo en el reseco campo majorero sino también en algunas explotaciones agrícolas ante la sorpresa general. La lluvia hizo correr algunos barrancos y la temperatura alcanzó en algunos puntos de la geografía insular hasta los ocho grados.

La lluvia se mantuvo intermitente durante casi todo el día aunque en algunas zonas cayó con bastante fuerza e hizo correr algunos barrancos que llevaban un buen caudal de agua por sus cauces. Las precipitaciones habían alcanzado hasta las 19.00 horas un registro de 32 litros por metro cuadrado en la localidad de Antigua, aunque al cierre de nuestra edición continuaba lloviendo con fuerza.

En localidades como El Cardón, Tesejerague o Tarajalejo la escarcha llegó a alcanzar varios centímetros de altura ante la sorpresa de pequeños y grandes que en muchos casos nunca habían observado una granizada.

El Cabildo de Fuerteventura, a través del Servicio de Emergencias, activó un dispositivo pero que apenas tuvo que intervenir ya que no se produjeron incidentes.

Daños

El granizo caído provocó importantes daños en los cultivos a cielo abierto y sin protección. Así, el agricultor Paco Cabrera, en La Calabaza, vio afectados sus cultivos de calabacín, papas, cebollas, lechugas y calabazas. "Lo arrasó todo porque el granizo vino acompañado con fuerte viento. El daño ha sido enorme", dijo.

El barranco de Aguas Verdes arrastró por su cauce a varias cabras de un ganadero del Valle de Santa Inés. En tan solo cinco minutos comenzó a correr tras la fuerte lluvia caída.