La Organización Mundial de la Salud ha anunciado que el nivel de radioactividad en algunos alimentos en Japón está muy por encima del límite legal permitido, y el Gobierno japonés ha suspendido la venta de espinacas, leche y verduras. El accidente de la central nuclear de Fukushima ha activado las alarmas en países exportadores como China y Corea, aunque el temor se ha extendido a todos los mercados internacionales.

Especialistas en Física Nuclear, Tecnología de los Alimentos y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) piensan que el riesgo de que alimentos contaminados lleguen a Canarias es prácticamente inexistente, aunque coinciden en que la situación es una oportunidad para revisar los controles aduaneros en Seguridad Alimentaria y reforzarlos.

El catedrático de Física Nuclear de la ULPGC Lorenzo Doreste asegura que la fuga radiactiva de Fukushima no llegará a las Islas pero considera que el Gobierno canario debería montar un laboratorio de control de calidad de alimentos que integre análisis de radiactividad. "No creo que los niveles de radioactividad de Fukushima se vayan a propagar intensamente, pienso que se va a quedar a nivel local", e insiste en extremar los controles porque "no llegará lo de Fukushima pero de las más de 2.200 bombas que se han tirado en 40 años algo ha llegado, seguramente iodo que no se detecta porque va al barro".

El especialista de Tecnología de los Alimentos de la ULPGC Ángel Sosa asegura que las cosechas cercanas a la central de Fukushima ya son radiactivas, "y el problema es que también se contamina la tierra y eso tarda entre 100 y 400 años en eliminarse". También citó otros productos que tienen una mayor capacidad de contaminación como la leche, las algas, los mariscos, mejillones... "todo lo que hay en el radio de acción marcado por Japón, que seguro se extenderá en las próximas semanas, está contaminado. Hay que analizar todo lo que llega".

El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública Luis Serra Majem señaló que los niveles de importación de alimentos de Japón son muy bajos, "más bien al revés, mucho pescado que se consume en Japón se pesca fuera. Siempre puede haber algún escollo, pero es poco probable que entren alimentos contaminados. Aquí hay organismos que siempre pueden dar la alarma", y añadió que no todas las radiaciones son negativas "para conservar mejor los alimentos se utilizan radiaciones ionizantes para matar las bacterias".

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