Animado por el apoyo de muchos universitarios, con el aval de los logros conseguidos y con el convencimiento de que estamos en el camino correcto, deseo hacer explícita mi firme voluntad de presentar mi candidatura a rector cuando sean convocadas las elecciones el próximo año, 2012".

Con estas palabras, el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Regidor, cerró el pasado jueves, 15 de septiembre, el acto de apertura del curso 2011-2012 y abrió la veda a todo tipo de especulaciones y quinielas sobre posibles candidatos y candidaturas. Incluso se barajó la hipótesis de que la intención del rector con este anuncio prematuro era adelantar la fecha de los comicios, previstos para abril de 2012.

Tal hipótesis, no obstante, la desmontó el rector, con un no rotundo: "No tengo ningún motivo para adelantarlas", aseguró, al tiempo que negó haber abierto el proceso electoral. "Sólo he anunciado que me presentaré en su momento, y lo hago en la última apertura de curso de mi mandato porque, a pesar de todo lo que se diga, hay mucha gente que se planteaba si yo me iba a presentar de nuevo o no. Lo único que quería era aclarar la situación. En esta Universidad siempre el rector se ha presentado a un segundo mandato, la gente lo da por hecho", subrayó.

Muy a su pesar, el pistoletazo electoral se disparó inmediatamente después de su anuncio. Apenas dos minutos pasaron hasta que se empezaron a escuchar los primeros nombres de la lista de aspirantes a próximo rector. Entre ellos, sonaron con fuerza el del catedrático de Física Aplicada Pablo Martel; y el catedrático de Señales y Comunicaciones Rafael Pérez. Ambos ni confirman ni desmienten, coinciden en que el anuncio del rector ha sido prematuro y aseguran que aún no han tomado una decisión al respecto.

No obstante, los dos catedráticos tienen su particular opinión sobre los ingredientes que debería reunir una buena candidatura. En el caso de Rafael Pérez, debe primar el equilibrio. "Esta es una universidad generalista y habría que tener en cuenta las distintas sensibilidades que hay, por lo que sería bueno que hubiera gente de todos los campus o las áreas de conocimiento, eso enriquece mucho una candidatura".

Martel también se decantó por una candidatura con capacidad para unir a gran parte de la comunidad universitaria, "que se acompañe de un equipo renovado, diverso, a la vez con experiencia y muchas ganas de trabajar, porque la asignatura pendiente es recuperar la ilusión en el proyecto colectivo que constituye la ULPGC".

Fuera ya de las quinielas electorales, otros profesores han aportado su particular visión de lo que sería una propuesta ra-zonable y acorde con los tiempos que corren. El catedrático de Tecnología Electrónica Antonio Núñez considera, por su parte, que las circunstancias actuales "imponen un golpe de timón y un nuevo rumbo" y que sería necesario emprender todo un conjunto de acciones "que podrían ser ejecutadas tanto por un nuevo rector como por el actual con un renovado golpe de timón".

Núñez asegura que la Universidad debe ser más austera "y más simplemente universitaria: en estos tiempos no debe convertirse ni en un ministerio de cultura bis, ni en uno de asuntos exteriores, deportes o festejos bis. Para esas cosas ya hay otras entidades. Eso no es esencial, consume recursos, y nos distrae". También advirtió sobre los problemas que tiene la investigación en la ULPGC, "crónicos, de difícil solución y que demandan mucha atención y esfuerzo", y pidió que el rector que salga en 2012 "se remangue y gobierne la Universidad fundamentalmente hacia dentro de la propia casa".

Para el catedrático de Biología Rafael Robaina, la candidatura idónea para gobernar la próxima etapa de la ULPGC reuniría tres ingredientes: consenso, ahorro máximo "y renovar ilusiones en un momento muy delicado".