- ¿Cómo surge la idea de abrir en España una sucursal del Banco Mundial de la Mujer?

- El proyecto lo fundé en 1988 porque entonces llevaba un programa de la Unión Europea que se llamaba iniciativas locales de empleo, que era una pequeña subvención destinada a mujeres en paro, y a quienes estaban montando un proyecto empresarial. Y entonces me di cuenta de que esta subvención, que no eran más de 700.000 pesetas de entonces y que no se podía dar a todo el mundo, era insuficiente, y además conocía los problemas que tenían las mujeres en España para encontrar trabajo. Yo vengo de Suecia, donde prácticamente todas las mujeres teníamos un trabajo remunerado fuera de casa, más del 84 % de la población, y me encuentro que en España no llegaba ni al 30 %. Fue cuando pensé que, si no contrataban a las mujeres, igual ellas podrían crear su propio negocio. En Francia, Italia y Holanda, las mujeres se estaban organizando con su propio banco mundial, y en 1988 lo pusimos en marcha.

- ¿Qué tipo de ayudas y asesoramiento ofrece el Banco a las mujeres que se decidan a montar su propio negocio?

- El objetivo es facilitar el acceso a créditos para mujeres con un proyecto empresarial o una empresa creada que quieren ampliar y que no tienen acceso a los créditos bancarios habituales. Empezamos con un convenio que llamamos tripartito con nuestra oficina con sede en Nueva York, que avalaba el 50 %, la sucursal española un 25 % y CajaMadrid el resto. Estamos en 52 países y en Nueva York existía un programa de garantía, un fondo para avalar a las mujeres que no podían tener un avalista. La situación nos parecía grave porque las mujeres están discriminadas en el acceso a los créditos, y todavía solo llegan al 3 % del total de créditos bancarios en el mundo, y naturalmente no estamos hablando ni de India ni de África del Sur. En España esta cifra es de un 8 %.

- ¿Qué percepción se tiene desde la institución que preside de los cambios en el mercado laboral en España y del papel de la mujer? ¿En qué medida ha favorecido el Banco su integración y autonomía?

- Se ha producido un cambio en la mentalidad. En los años 88 y 89 estábamos siempre luchando para conseguir un programa de créditos sin aval, ni siquiera conocíamos la palabra microcrédito, lo llamábamos créditos solidarios y de muchas maneras, y nuestra lucha ha sido conseguir apoyar proyectos viables para la mujer. Hay que reconocer que desde el año 2002 más o menos, las propias cajas de ahorro, a través de sus obras sociales, crean fondos para los microcréditos. Durante los primeros diez años habíamos conseguido un montón de diferentes programas, pero nunca tuvimos suficiente dinero. Cuando aparecen las cajas de ahorro gestionamos sus fondos. Ahora mismo, las cajas no están precisamente por la labor, y el único convenio en vigor en la actualidad es con la Caixa a través de una entidad que se llama Microbank. Estamos muy contentas porque por primera vez tenemos más fondos para tramitar microcréditos que demanda. La situación ha cambiado mucho, de tres millones de autónomos en España, un millón son mujeres, un número que no ha cambiado mucho en los últimos años. No ocurre lo mismo con el 4,5 % de los hombres autónomos que han cerrado su negocio, mientras que en las mujeres está en un 2 % aproximado. Esto demuestra que las mujeres aguantamos más, luchamos más, hemos quizás cogido un préstamo modesto, somos prudentes. La mujer autónoma ha sabido sobrevivir mejor que el hombre, resiste mejor la crisis, y en el último trimestre por primera vez desde el año 2008, tuvimos un saldo neto de autónomos, más actividad que los que se daban de baja.

- ¿Por qué cree que se produce ahora esta situación?

- Pues porque todo el mundo está casi como paralizado, y naturalmente es verdad que muchos negocios están cerrando. El microcrédito no es una subvención a fondo perdido, hay que devolverlo. La cuantía máxima es hasta 25.000 euros, el tope que establece la Unión Europea. La media que ofrecemos es de 15.000 euros, y hay mujeres que con 8.000 euros tienen suficiente. En este tiempo hemos creado unas 4.000 empresas, pero eso no significa que todas tengan microcréditos. Los primeros años trabajamos muchísimo con subvenciones a fondo perdido, que es lo que quiere todo el mundo, y en microcréditos hemos dado unos 6,6 millones de euros. Si de algo podemos estar contentos en España es del programa de microcréditos sin aval. Nosotros tramitamos los microcréditos a un 6 % por ciento de interés a 5 años, cuando en Francia están al 18 y en Inglaterra al 23. Podemos estar orgullosos, porque tenemos las mejores condiciones de toda Europa.

- Visita Gran Canaria invitada por la Fundación Universitaria para participar en el Foro Gran Canaria. ¿Se interesan las mujeres canarias por los servicios del Banco?

- El pasado año recibimos unas 50 peticiones de toda Canarias y solo tramitamos un microcrédito. Esa es la gran razón por la que estoy aquí. En el conjunto de Estado sois los peores, cuando aquí en sectores como el turismo, por ejemplo, se pueden crear empresas. Es una alternativa para las mujeres canarias.

- ¿Qué proyectos empresariales son susceptibles de recibir los microcréditos?

- No financiamos cualquier cosa, ni comercio ni inmobiliaria. Tenemos algo de comercio pero muy innovador, como una zapatería de números especiales, proyectos de estética, o temáticos sobre turismo rural.