- El viernes impartió en el Museo Elder de la Ciencia y la tecnología una conferencia sobre la prevención del alzhéimer. ¿Realmente existen mecanismos para prevenir esta enfermedad?

- Una de las grandes preguntas que tiene la ciencia es esa, y la respuesta no es fácil. Yo diría que se pueden poner en marcha campañas que ayuden a disminuir la frecuencia de la enfermedad, y esa actitud positiva debe ser la que tenemos que poner en marcha. Se puede empezar a adoptar medidas de cara a una posible prevención. Ahora mismo hay estudios que empiezan a hablar de que con algunas medidas preventivas, se podría reducir hasta la mitad su frecuencia.

- ¿De qué medidas estamos hablando?

- Acaba de salir un estudio en el cual se analizan siete de los grandes factores de riesgo del alzhéimer, y actuando sobre la totalidad de esos siete factores de riesgo, las estimaciones son que se podría reducir hasta un 50%. Los siete factores analizados por un grupo americano de investigación son abordar la hipertensión, la diabetes, la obesidad, la depresión, el tabaco, la falta de actividad física y la poca actividad intelectual. A esos factores de riesgo habría que añadir otro más, que incluso los americanos reconocen que no lo han tenido en cuenta: la dieta.

- ¿Qué avances destacaría en el abordaje del alzhéimer?

- En lo que respecta al tratamiento, desafortunadamente las noticias no son buenas. Sin embargo, se está avanzando bastante en el diagnóstico precoz, y eso posibilita poner en marcha actividades terapéuticas preventivas.

- ¿Cuál es el papel del especialista en geriatría en enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer?

- A diferencia del neurólogo, el papel del geriatra se debe producir a lo largo de toda la enfermedad, desde la fase inicial, diagnóstico precoz, tratamiento y seguimiento, hasta las fases más avanzadas. La geriatría y los geriatras componen un área de conocimiento que se ajusta mucho al perfil de estos pacientes por la complejidad diagnóstica y terapéutica y por sus repercusiones en los ámbitos de lo cognitivo, funcional, afectivo, social e institucional. Cuando uno analiza el perfil del médico geriatra, se da cuenta que la enfermedad de Alzheimer sería, probablemente, el paradigma de enfermo que se va a poder beneficiar de los conocimientos del geriatra, no sólo a nivel teórico sino también práctico.

- ¿Cuáles son los principales retos de la Asociación Española de Geriatría y Gerontología que usted preside?

- Desde el punto de vista general, conseguir un envejecimiento saludable y exitoso, y desde el punto de vista específico de la geriatría, conseguir una asistencia geriátrica especializada para los ancianos de este país, independientemente del sitio donde vivan, porque hay zonas de España donde esa asistencia está aceptablemente bien cubierta, y otras en las cuales es completamente inexistente.

- ¿En qué lugar se encuentra Canarias?

- Lamentablemente en Canarias la situación está mal, hay muy poca geriatría, yo diría que prácticamente inexistente, no hay geriatría en la cartera de servicios sanitarios. Sólo hay una unidad docente en Lanzarote, no hay nada en Tenerife, y en Gran Canaria hay algún geriatra de forma aislada en el Hospital Doctor Negrín. Hay muy poco.

- ¿Cómo puede repercutir este déficit asistencial en el proceso de envejecimiento de la población canaria?

- Va a repercutir fundamentalmente en la ausencia de medidas de prevención, que no se ponen en marcha. Pero, sobre todo, cuando un anciano enferma, va a repercutir en las campañas que desde la geriatría se pueden hacer para la detección de la fragilidad, y la prevención de la dependencia.

- Dado el envejecimiento demográfico y el escaso número de especialistas en geriatría, ¿no cree que debería impulsarse un mayor acceso a la especialidad, o ya es tarde?

- Así es, la dotación de geriatras en España no es buena, y habría que crear más plazas de esta especialidad. Esta es una petición que hacemos continuamente desde la Sociedad Española de Geriatría. Precisamente en un momento como el actual, de crisis económica, la geriatría ha demostrado que es eficaz, eficiente y tiene una buena relación coste-beneficio.

- ¿Cuáles son las claves para favorecer un envejecimiento saludable?

- Principalmente son tres las claves: nutrición, ejercicio físico e intelectual. Pero no hay que esperar a envejecer para tomar estas medidas.

- Con la crisis económica, los mayores han ido adquiriendo un papel relevante en las familias, bien en el cuidado de los nietos, acogida de hijos en paro... ¿Cómo puede repercutir esta actividad en su salud?

- Sin duda, esta situación supone una sobrecarga más para las personas mayores. La crisis económica evidentemente va a repercutir siempre en las clases menos privilegiadas. En este sentido habría que destacar como algo muy grave, que van a quitar la ley de dependencia y esto va a repercutir de forma negativa, aún más en la situación de los mayores.