Secreto. Está claro que el servicio clandestino de abastecimiento de submarinos no sabía quién era Gustavo Winter, cuya familia ha reivindicado en los últimos años respeto por su figura. "Cuatro días después de enviar la carta a Hermann Goering, le mandan otro escrito con un informe del servicio de inteligencia sobre el proyecto de Winter para Jandía. Allí se dice claramente que lo que está haciendo este hombre es suministrar apoyo logístico a los submarinos alemanes", señala a este periódico el investigador Juan José Díaz Benítez.

Confianza. Si Gustav Winter hubiera sido un hombre de confianza del Régimen nazi, los que se denominaron Vertrauermann (VM), le habrían dicho que dejara de trabajar para ellos porque estaba estorbando y no fue así. Ocurrió con un verdadero espía, Otto Bertram, al que, en un momento determinado, le dan de baja porque sus servicios ya no eran requeridos. Lo que el Alto Mando hace, en el caso de Winter, es hablar con Goering; eso significa que no estaba en su lista de colaboradores.