Las reuniones de alto nivel de la XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) empezaron hoy en Durban con la advertencia de que el futuro de la Tierra está en juego, si bien alcanzar un acuerdo será todo un desafío.

"Sin exageración, podemos decir que el futuro de nuestro planeta está en juego", subrayó el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, durante la inauguración de las negociaciones ministeriales en el Centro Internacional de Conferencias de Durban, que acoge la COP17 del 28 de noviembre al 9 de diciembre.

El secretario general hizo esa advertencia ante los delegados de más de 190 países que asisten a la cumbre, en la que deberá decidirse, entre otros asuntos claves, el futuro del Protocolo de Kioto, que expira a finales de 2012.

Ban instó a la docena de jefes de Estado o de Gobierno y a los 130 ministros que protagonizarán la fase clave de la cumbre a aprobar un segundo periodo de compromiso de Kioto, para evitar "un vacío" en la lucha contra el cambio climático. "Vosotros -aseveró- nos podéis sacar del borde del precipicio".

El secretario general recordó que, según los científicos, las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad antes de 2050 para evitar un aumento de más de 2 grados en la temperatura mundial respecto a la era preindustrial, lo que podría tener, según los científicos, efectos catastróficos.

Sin embargo, el máximo responsable de Naciones Unidas apeló al "realismo" ante las expectativas sobre el resultado la cumbre. "Puede ser cierto, como muchos dicen, que el objetivo final de lograr un acuerdo global y vinculante sobre cambio climático esté lejos de nuestro alcance de momento", admitió Ban.

Y citó como causas, de ese objetivo que parece lejano, la crisis económica, las diferencias políticas y las distintas prioridades y estrategias a la hora de combatir el cambio climático.

Uno de los grandes temas pendientes sobre la mesa de la COP17 es la renovación del Protocolo, que se firmó en 1997 y estableció compromisos legalmente vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 37 países desarrollados, con la excepción de EEUU, que no lo ratificó.

Los países en desarrollo consideran crucial que las economías occidentales ratifiquen ese segundo período, mientras Rusia, Japón y Canadá no quieren renovar el tratado si sus competidores comerciales -China, India y EEUU- no asumen compromisos similares.

China dejó entrever ayer su disposición a aceptar un acuerdo legalmente vinculante de reducción de sus emisiones contaminantes, aunque con una serie de condiciones, pero Estados Unidos aseguró hoy no percibir nada nuevo en la propuesta del gigante asiático.