Hace un año La Palma competía por ser sede del telescopio más grande del mundo (E-ELT), el gran proyecto de la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO), que finalmente se decidió por el desierto de Atacama en Chile. Paradójicamente, su creación ha seguido ligada a Canarias, dado que el Grantecan (GTC) se ha convertido en el modelo de transacción de información sobre la tecnología del nuevo gigante de la observación astronómica.

El Gran Telescopio de Canarias es, actualmente, el único en el mundo con espejo primario segmentado. Cualquier telescopio más grande que se vaya a construir, necesariamente tiene que tener un espejo segmentado, y esa tecnología hoy día solo la conoce el Instituto de Astrofísica de Canarias a través del GTC.

El Observatorio Europeo del Sur tiene un acuerdo con España para aprender esa tecnología del Instituto Astrofísico de Canarias, que recibe, de forma periódica a personal para instruirse en las operaciones del Grantecan, como se calibra la segmentación del espejo, y sobre la tecnología que soporta los segmentos, según destacó el astrofísico del IAC José Miguel Rodríguez Espinosa.

"El Grantecan está sirviendo de banco de pruebas para que el Observatorio Europeo Austral aprenda la tecnología de los telescopios segmentados, es decir, aquellos que no están construidos de una sola pieza, sino como un mosaico de espejos. En el GTC hay 36 segmentos y en el futuro telescopio gigante habrá más de 900, aunque mucho más pequeños que cada uno de los nuestros", afirmó el científico.

La influencia del Gran Telescopio de Canarias es tal, que la ESO está captando para su proyecto a las empresas españolas que diseñaron la tecnología del GTC, ubicadas en el País Vasco, Barcelona y Madrid.

"El GTC ha posibilitado la formación de empresas españolas que están compitiendo para la construcción del telescopio gigante. Es muy posible que el contrato de la cúpula, uno de los más importantes, se lo lleve la empresa Idom, del País Vasco, que compite con Inglaterra, aunque el proyecto de Idom, que ha trabajado mucho con nosotros, es el mejor de los dos".

Rodríguez también citó a la empresa madrileña que fabricó los mecanismos que acompañan a cada segmento del espejo primario del GTC, necesarios para que puedan alinearse de forma correcta con los que tiene a su alrededor, y moverse para enfocar de forma adecuada. "Son mecanismos muy complejos que están debajo de cada uno de los espejos, diseñados por nuestro ingeniero, Javier Castro y fabricados por una empresa de Madrid, que ahora ha ganado el primer contrato de prueba para hacer los del espejo del telescopio gigante, basados en los que se hicieron para el GTC. Se trata de un gran contrato porque estamos hablando de más de 900 segmentos".

En esta misma línea se encuentra la empresa de Barcelona que desarrolló la tecnología del espejo secundario que compensa los movimientos del propio telescopio. "Es una tecnología compleja que esta empresa catalana ha sabido hacer para el Grantecan y, a raíz de eso, ha sido contratada para hacer mecanismos similares para los más de cinco espejos que tendrá el Telescopio gigante".

Además de su tecnología, los resultados científicos del Gran Telescopio de Canarias, difundidos en el congreso Ciencia con el GTC celebrado el pasado mes de noviembre en La Palma, también están impulsando una mayor colaboración con la ESO.

Además de la reciente apertura del archivo de datos del telescopio, con más de 15.000 observaciones hasta la fecha, la comunidad científica internacional puede operar el GTC de forma rutinaria con el instrumento Osiris, cámara y espectrógrafo que trabaja en el rango visible (la luz sensible al ojo humano). Cada uno de los dos filtros sintonizables de este instrumento equivale a 19.000 filtros convencionales. A este dispositivo se sumará en breve CanariCam, en fase de puesta a punto, que trabaja en el rango infrarrojo medio, invisible para el ojo humano.

En los próximos años, se incorporarán instrumentos de segunda generación, como Emir, un espectrógrafo multiobjeto de gran campo que trabajará en el infrarrojo y que será clave para estudiar la historia de la formación de estrellas en el universo. Llegará en 2014, un año antes que Frida, que eliminará en tiempo real, gracias a la óptica adaptativa, las turbulencias con que llega la luz tras su paso por la atmósfera.

Entre 2016 y 2018 se incorporarán los instrumentos de tercera generación, por lo que el Grantecan seguirá impartiendo cátedra hasta que comience a operar el E-ELT, en torno a 2019.