El Premio Nobel de Física 2011, concedido a tres astrónomos por descubrir la expansión acelerada del Universo, contó con la participación de la física catalana Pilar Ruiz-Lapuente, quien realizó su trabajo desde el observatorio de El Roque de Los Muchachos en La Palma. Ruiz-Lapuente ha viajado a Estocolmo para participar en los actos que durante esta semana se celebran en la ciudad, incluida la ceremonia de entrega de los galardones, que se desarrollará hoy sábado.

Doctora en Física y nacida en Barcelona hace 47 años, Ruiz-Lapuente manifestó ayer su satisfacción por haber colaborado dentro de uno de los equipos, porque "aunque sea un trocito de contribución al Nobel, una se siente muy contenta ya que es un resultado que ha cambiado totalmente nuestra forma de ver el Universo".

La física forma parte del Supernova Cosmology Project de la Universidad de California, dirigido por el astrónomo Saul Perlmutter, premiado con el Nobel junto a Brian Schmidt, responsable del High-Z Supernova Research Team, y Adam Riess, miembro de este segundo equipo.

Ambos equipos descubrieron casi al mismo tiempo, a través de la observación de supernovas lejanas tipo 1a (explosiones de viejas estrellas compactas como el Sol pero tan pequeñas como la Tierra), que la expansión del Universo no es cada vez más lenta, sino que se acelera, lo que supone "un giro copernicano", consideró la física. Ruiz-Lapuente dijo que en la investigación que llevó al Nobel, su papel, junto a dos colaboradores, fue el de observar supernovas, recoger datos e interpretarlos, para lo que contó con los telescopios William Herschel e Isaac Newton del observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla canaria de La Palma, tal y como se hizo desde otras partes del mundo.

Por la mujer

Por su parte, ayer en los previos de la ceremonia de entrega de los premios, las tres ganadoras del Nobel de la Paz 2011 defendieron que la concesión del premio supone un reconocimiento al "sufrimiento" y la "lucha" de las mujeres africanas y árabes y se mostraron confiadas en su creciente papel en el futuro.

"Para mí el premio las representa a ellas, su sufrimiento, sus contribuciones", dijo la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, de 72 años. Su compatriota Gbowee dijo que "el mundo ya no excluirá a las mujeres de participar en los esfuerzos por lograr la paz, porque las habilidades y las capacidades de las mujeres han sido reconocidas". Muy optimista se mostró también Karman, la más joven en ganar el premio con 32 años, que dejó claro que "se ha acabado el tiempo en que las mujeres eran las víctimas".