¿Servirá la crisis para cambiar el patrón de consumismo infinito que ha marcado a las últimas generaciones de adolescentes de clase media y alta? José Carlos Suárez, psicopedagogo y miembro del Gabinete de Atención Psicopedagógica de la ULPGC, considera que, desde el punto de vista de la psicología, la crisis económica debe servir "como modelo de aprendizaje de que los indicadores de bienes y marcas no pueden ser aspectos sobre los cuales el sujeto pivote su autoestima".

Suárez considera que la crisis puede ver nacer una nueva generación de menores más conscientes del valor de las cosas y en los que el deseo vuelva a tener un papel. "El psicólogo Enrique García Huete explica que la crisis es una oportunidad para transformar el deseo en motivación y esfuerzo. Vivir con menos. Ésa parece ser la lección que deben aprender los escolares de clase acomodada y todos los demás", indicó el especialista, resaltando que "la necesidad nos obliga a ser sobrios, aunque hay padres que todavía son inconscientes y no abren los ojos de los niños para que realmente vean lo que cuestan las cosas".

José Carlos Suárez apuntó que no todo el mundo ve la situación económica actual como una oportunidad para cambiar los patrones de consumo. "La crisis lo que acaba planteando es que va a ser una situación para apretarse el cinturón, pero eso no hay que confundirlo con una voluntad de vivir con una cultura de consumo diferente".

Lo que sí tiene claro es que la crisis es un regulador que servirá para dar valor a las cosas. "Hay niños que siguen pensando que el dinero sale del cajero automático con sólo apretar un botón. Antes los niños sabían qué hacían sus padres y el esfuerzo que les suponía el trabajo. Ahora se habla poco de ese esfuerzo, sólo en las familias separadas se oye hablar de gastos y dinero", subrayó.