El agua representa el 60 por ciento de un organismo adulto, En un niño de corta edad puede llegar a representar hasta un 80 por ciento de su peso, una cifra que va disminuyendo con el paso del tiempo hasta llegar a un 50 por ciento en la tercera edad. Los especialistas no ponen en duda que es necesario ingerir líquido diariamente, pero todavía no existe un acuerdo generalizado de cuánta cantidad hace falta dependiendo de factores como la edad y el sexo.

"Hay muchas recomendaciones que se vienen dando desde los últimos 12 años. Se han establecido pirámides de hidratación, pero las recomendaciones entre especialistas estadounidenses y europeos difieren. Es necesario ponerse de acuerdo", opina Josep Antoni Tur, catedrático de Fisiología de la Universidad de las Islas Baleares, que participó ayer en el curso Avances en Nutrición e Hidratación, que se celebra entre ayer y hoy en la ULPGC. El especialista considera que habría que realizar un estudio que recomiende con exactitud la ingesta adecuada. "Que hay que beber es evidente, pero ¿cuánto según la edad y la persona? Eso deberíamos ajustarlo más", reconoce.

Como base Tur señala que hay que beber como mínimo ocho vasos de líquido al día, preferiblemente agua, pero también zumos, leche o refresco. "Mejor beber agua que otra cosa porque ésta no tiene productos añadidos".

El agua realiza infinidad de funciones en el organismo. Entre otras cuestiones, es el constituyente principal de células y tejidos, el componente esencial de los líquidos corporales, el vehículo de transmisión de alimentos y de eliminación de materiales no útiles, así como un elemento imprescindible para que funcionen los sentidos correctamente.

"Hay que beber el líquido que uno necesite. Tenemos un mecanismo de compensación y cuando tienes sed vas a la nevera a beber algo. Pero eso cambia cuando se trata de una persona mayor porque pierde el control de la sed y tiene que obligarse a beber pautadamente. En el caso de los niños, lo que sucede es que están entretenidos y se olvidan de beber, por eso cuando beben lo hacen con tanta ansiedad", sostiene.

Normalmente cada día ingerimos y perdemos unos 2,3 litros. La ingesta de agua proviene sobre todo de las bebidas, pero también del agua contenida en los alimentos y del agua que nuestro organismo elabora. La pérdida tiene lugar por la respiración, sudoración, heces y orina. Mantenerse adecuadamente hidratado es importante. Un déficit dispara los mecanismos de la sed y un exceso conlleva a la diuresis.