El incremento en la actividad turística de cruceros convertirá en una década al tráfico de personas en uno de los riesgos operacionales en el mar más importantes, y equiparable a los que suponen el transporte de petróleo y de sustancias químicas potencialmente peligrosas.

"En el futuro esos riesgos se van a nivelar porque el mercado turístico tiene una alternativa identificada y que está por desarrollarse en el mar", explicó ayer Blas Galván González, director de proyectos de Ceani, una división de investigación del Instituto Universitario de Ingeniería Computacional, Siani, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

La Universidad grancanaria celebró ayer el Foro sobre Riesgos Operacionales y Medioambientales en el Mar, organizado conjuntamente con la Universidad de Jyväskylä (Finlandia), en asociación con CSC (Finlandia), VTT (Finlandia), y con la colaboración de Cetmar (Centro Tecnológico del Mar) de Vigo.

Según señaló Galván González, "el mar es muy amplio, permite muchas actividades y tiene muchas ventajas, porque es un entorno controlado, un barco puede ir a donde quiera, y puede evitar cualquier tipo de riesgo", en alusión a que el turismo marítimo y de crucero es una oferta en auge que continuará en los próximos años.

Esto implica que científicos, expertos y administraciones trabajen en el diseño de modelos de prevención de riesgos, en el caso de los primeros, y asuman esas propuestas para prevenir y actuar en los supuestos de crisis, por lo que respecta al papel de las instituciones.

En Canarias, además, "se dan los tres riesgos a la vez: en petroleros que están atravesándonos de sur a norte; barcos con mercancías peligrosas, y barcos transportando a personas".