Es la paga extra que nos ha quitado el Gobierno". La frase se oía entre el bullicio que formaba el profesorado, personal laboral y empleados de la cafetería del IES El Batán, que habían sido agraciados con el número 58.269, posterior al primer premio de la Lotería de Navidad. Los afortunados aún no daban crédito a lo que les había sucedido. Y los estudiantes ni se habían enterado. Tanto es así que continuaban jugando en el patio al concurso Cifras y Letras, organizado para la fiesta de Navidad.

La directora del centro, Peregrina Silva, había sido la encargada de traer la felicidad al instituto al comprar los décimos al 'anónimo' vendedor de los Misioneros Claretianos de Cochamba. "Y a las doce tenemos el amigo invisible", señalaba nerviosa ante el barullo que los billetes habían formado.

Más de una treintena de personas que trabajan en el centro han sido agraciadas con 2.100 euros cada una. Algunos incluso son profesores ya jubilados.

Isabel Delgado, profesora de música, explicaba que unos cuantos ya habían llegado al centro cuando una compañera que venía escuchando el sorteo dijo que ya había salido el Gordo. "Pensé, qué pronto; cuando comenzaron a decir que nos había tocado. No sé ni cuantas veces miré el número. Nos empezamos a abrazar en el aparcamiento. Estoy privada de emoción".

Nadie sabía en qué iba a emplear la 'paga extra'. "Necesidad perentoria no hay. Tenemos una estabilidad porque tenemos trabajo. No nos vamos a quejar aunque nos han bajado el sueldo por ser funcionarios", apuntaba Ildefonso Yáñez, profesor de Educación Física, con el balón y el silbato en la mano, a punto de comenzar un partido con los chavales.

Otra profesora, sin embargo, señalaba minutos antes que aunque pudiera parecer que no necesitan el dinero porque tienen un sueldo de funcionarios "todo el mundo tiene sus problemas. A todos nos viene bien".

En el instituto Santa Brígida, los estudiantes acompañaron a los docentes en la alegría. Cualquiera que hubiera pasado a media mañana no lo hubiera dudado. Allí había tocado el Gordo.

La realidad es que cayeron 142.800 euros del mismo número, que con gran alegría cantaba -entonando la voz de los niños de San Idelfonso- Margarita Salas ante una cámara de televisión. Ella había traído la fortuna al centro.

"Me lo he ganado a pulso. Lo he vendido todo. Soy la encargada de la lista, del dinero. Y de insistir. ¿No vas a jugar?", contaba la docente, quien también se encarga de recaudar el dinero para la lotería primitiva que juegan semanalmente.

Los 68 décimos que compró a los Misioneros Claretianos se repartieron entre los docentes y el personal laboral del centro, que cuenta con unos 500 euros y que hace unos días ganó el primer premio del VII concurso de Villancicos de El Corte Inglés.

"Limpiando se me cayó está bola de Navidad del árbol y dije: Me va a traer suerte. No voy a trabajar más", comentaba María del Pino Falcón, limpiadora, que había comprado dos números para compartir con su hija y su hermana.

Doble jubilación

José Sánchez, docente de tecnología, no cabía en su cuerpo. Hoy era su último día de clase, ya que el próximo 31 de diciembre se jubila al llegar a los 30 años de servicio con 60 años. "Para mí es una doble jubilación. Teníamos el cava esperando".

"Es un momento agridulce porque nunca te quieres despedir; dejas un trocito de tu corazón en las aulas", añadía Pepe mientras el alumno Juan Santana, de 18 años y estudiante de PCP, le relajaba los hombros para descargar la emoción.

La felicidad no llegó a todos. Tanto en el instituto de El Batán como en el de Santa Brígida hubo trabajadores que no quisieron adquirir el número.