El pulpo a la gallega es una fórmula antigua pero de sabor y textura excepcionales, quizá por eso ha sobrevivido al tiempo y a cocinas más sofisticadas. El pulpo cocido con el pimentón, un poco de aceite de oliva y unas patatas hervidas es una tapa, a veces plato, presente en toda España y de la que se hacen mil versiones. Las cualidades nutricionales son destacables. Una es su contenido en proteínas de alto valor biológico.

Otra, que tiene poca grasa, lo que es una ventaja. Como su contenido en yodo, mineral imprescindible para que el tiroides funcione correctamente. Aporta una energía muy moderada (80-100 Kcal cada 100 g de pulpo aunque añadamos unas más por el aceite). Incluso el pimentón (polvo de pimiento rojo) es un condimento con muchas cualidades: para el sistema cardiovascular es mucho mejor que la sal… Y las patatas hervidas son digestivas y más ligeras que la pasta o el arroz hervidos.

- Para poder cocinar el pulpo con menos tiempo en preferible congelarlo previamente, pues después tiene una consistencia más blanda.

- Para completar el menú de pulpo a la gallega, se aconseja unas verduras cocidas o la plancha poco condimentadas y un postre de piña o frutos rojos. El pulpo no es un alimento digestivo.

- Si se quiere controlar la energía del menú, sólo hay que usar no más de una o dos cucharadas de aceite para condimentar las patatas.