Cerca del 50 por ciento de las mujeres sexualmente activas van a entrar en contacto con el virus del papiloma humano (VPH), pero de ellas sólo una pequeña parte finalmente desarrollará el cáncer de cérvix. Para evitar esta enfermedad es necesario extremar las precauciones en las relaciones sexuales e ir con regularidad al ginecólogo para detectarlo de manera temprana. Así lo aconsejó ayer la doctora Amina Lubrano, ginecóloga del Materno Infantil, dentro de una jornadas dedicadas a la lucha contra el cáncer en el Club La Provincia.

El cáncer de cérvix es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente. Una infección que en un bajo porcentaje puede transmitirse a través de zonas no protegidas por el preservativo, sólo con el simple contacto, por lo que se recomienda un especial cuidado en las relaciones sexuales.

En la mayoría de los casos se trata de una infección transitoria tras una relación sexual, por lo que más de un 80 por ciento eliminará el virus a los dos primeros años de haber entrado en contacto. Pero hay un grupo pequeño de mujeres con factores de riesgo añadido, como fumadoras, defensa baja o inmunodeprimidas, en las que la infección puede persistir diez o quince años y es más probable que en el futuro desarrollen un cáncer de cérvix.

"La parte positiva es que tenemos un largo plazo para poder actuar. Podemos aplicar tratamientos sencillos que pueden curar un cien por cien la patología. Es un problema importante porque es muy frecuente", explicó la especialista.

Canarias y Baleares

El cáncer de cérvix es más usual en Canarias y Baleares que en el resto de las comunidades autónomas, siendo menor en el interior de la Península. La media nacional se sitúa entre los siete u ocho casos por 100.000 mujeres al año, mientras que en las Islas llega a los nueve. "Los hábitos sexuales son diferentes a otras zonas de la Península debido entre otros factores al turismo", señaló.

La infección del papiloma humano es por contacto sexual, por lo que es necesario extremar la protección en las relaciones sexuales, ya que se transmite por contacto directo piel-mucosa-mucosa. El hombre es el transmisor, pero ellos tienen menos afectación porque el virus tiene una predilección por el cuello uterino, como también por la zona anal. En casos poco frecuentes puede producir cáncer de pene.

"Si un hombre tiene lesiones en una zona no protegida por el preservativo puede transmitir la infección. Pero el preservativo se recomienda siempre", aclaró la ginecóloga. La transmisión no es por el semen, sino por contacto directo, por eso siempre se recomienda utilizar protección desde el principio de las relaciones. Con el simple roce o el contacto directo se puede contagiar, sin que haya una penetración, aunque estos casos son poco frecuentes.