Casi nueve de cada diez españoles -el 86%- cree erróneamente que los medicamentos genéricos son más baratos que los de marca, pese a que cuestan lo mismo desde la entrada en vigor el pasado mes de noviembre del decreto que obliga a los médicos a prescribir por principio activo.

Con esta nueva receta, el paciente puede recibir en la farmacia tanto un genérico como un medicamento de marca siempre que esté a precio menor, razón por la cual los laboratorios se apresuraron a rebajar su coste, en la inmensa mayoría de los casos, hasta equipararlo con ese estándar.

Sin embargo, una encuesta realizada por Ipsos y la compañía farmacéutica Merck KGaA entre más de dos mil españoles en las distintas comunidades autónomas, revela la confusión existente entre los pacientes de este país con el nuevo sistema.

De hecho, el 70% de los encuestados confunde la prescripción por principio activo, es decir, el nombre científico de la sustancia o molécula del medicamento, con la receta de un genérico.

Por ejemplo, ácido acetilsalicílico, paracetamol o ibuprofeno son nombres de principios activos para tratar diversas dolencias, pero se venden a igual precio tanto como medicamentos de marca -con un nombre comercial determinado- como genéricos -usando el nombre del principio activo en cuestión más el de la empresa que lo fabrica-.

La equivocación se dispara hasta el 94% entre las personas jubiladas y pensionistas, el colectivo que más recursos sanitarios utiliza.

No obstante, cuando se le pregunta a los mayores, siete de cada diez manifiestan que, a igualdad de precio, preferirían seguir tomando su medicamento de marca al que están acostumbrados.

En general, los pacientes prefieren que sea el médico quién decida qué clase de fármaco debe tomar, pero ignoran que, con el nuevo decreto, el facultativo puede recetar un producto de marca siempre que lo considere oportuno por razones terapéuticas, ha apuntado en una rueda de prensa Rafael Cordón, director de la Unidad Terapéutica de Medicina Clínica de MerckSerono.

Más de la mitad de los españoles, según el estudio, desconoce que ante una receta por principio activo los pacientes tienen derecho a elegir, con el asesoramiento de su farmacéutico, entre un genérico o un fármaco con nombre comercial.

En todas las Comunidades Autónomas, el 50% de los ciudadanos no entienden bien o ignora el significado de principio activo, siendo Cataluña la comunidad que refleja un mayor desconocimiento, con un 82% de la población que no comprende este concepto.

Los grupos de edad de 25 a 55 años y las clases altas tienen un mejor conocimiento que las clases medias y bajas, y los jubilados, de lo que significa la nueva forma de recetar, y la confusión es ligeramente superior entre mujeres, un 73%, frente al 65% de los hombres.

"La desinformación que los ciudadanos tienen acerca de las implicaciones de la prescripción por principio activo puede conllevar que, por desconocimiento, no ejerzan los derechos que tiene como pacientes", ha esgrimido Cordón.

Este portavoz ha explicado que España es el único país de Europa donde se han equiparado los precios de los productos de marca con los genéricos, mientras que los primeros están respaldados por una compañía investigadora y "su eficacia y seguridad se han demostrado en estudios clínicos con pacientes".

Además, ha proseguido, estas empresas destinan una "gran cantidad de recursos" para la investigación de nuevos tratamientos, buscando mejores soluciones para las enfermedades. "Si no se investiga, no habrá genéricos", ha apostillado el experto.

Mientras tanto, un medicamento genérico solo está obligado a demostrar su "bioequivalencia" con el fármaco original en estudios de laboratorio con personas sanas, porque basa su eficiencia y seguridad en los datos obtenidos previamente por el de marca para la obtención de su autorización de comercialización.

Cordón también considera que los nombres comerciales facilitan su recuerdo e identificación, por lo que pueden evitar errores a los pacientes y mejorar el cumplimiento terapéutico.

Como conclusión de la encuesta, el portavoz de la compañía farmacéutica cree que se debe hacer un esfuerzo de información por parte de los profesionales sanitarios, la industria farmacéutica y la Administración.