"Paro o contratos basura y sin garantías de renovación, sueldos bajos, alquileres altos, hipotecas inaccesibles... ¿sigo contando?, para salir del nido tendría que emigrar, irme a otro país, esa es la única alternativa que podemos barajar".

Así define Miriam González, de 32 años, licenciada en Derecho, la situación que le impide emanciparse del núcleo familiar, extensible a muchos jóvenes en Canarias. El último informe publicado por el Observatorio Joven de Vivienda de España (Objovi), con datos del cuarto trimestre de 2011, revela que seis de cada diez canarios de entre 18 y 35 años no se han emancipado o se han visto obligados a regresar a la vivienda del núcleo familiar. Estos datos sitúan a Canarias como la región con menor tasa de emancipación del país, solo superada por Ceuta y Melilla.

Miriam González es uno de los rostros que se asoman por esas estadísticas. Deambulando de un trabajo a otro, ahora se haya en el paro , y está haciendo un esfuerzo por prepararse en idiomas, con el firme propósito de irse a Europa. "Dicen que en Alemania o en Gran Bretaña hay trabajo y lo voy a intentar. Yo estoy muy bien en casa de mis padres, pero esa es una etapa que debería haber dejado atrás hace tiempo. Si sigo aquí no es porque quiera, sino porque todo se nos ha puesto en contra".

Laura Vega tiene 26 años y vive en Las Palmas de Gran Canaria con sus padres. Terminó hace un año la carrera de Traductores e Intérpretes en la ULPGC y ante la falta de trabajo, ha optado por hacer este curso el máster en Formación del Profesorado, aunque tampoco descarta salir fuera del país en busca de una oportunidad laboral. "No tengo dinero para emanciparme, y por eso sigo viviendo con mis padres. De momento la única salida que veo es irme a trabajar a Inglaterra, Alemania, Italia..., porque la situación aquí es tan negra, que veo más fácil la salida al extranjero". Laura recuerda que cuando inició sus estudios, "todo el mundo me decía que los idiomas eran el futuro y con esa ilusión tiré para adelante, nunca me imaginé que fuera tan difícil conseguir un empleo".

El que sí tiene trabajo es Tanausú Suárez, de 27 años, como administrativo y responsable comercial en una empresa de Informática en la capital grancanaria, desde hace cuatro años. No obstante vive en Agaete, en casa de sus padres, porque el sueldo no le llega para comprar una casa o para un alquiler. "Los alquileres son muy caros, los sueldos cada vez más bajos, y acceder a una hipoteca es prácticamente imposible, nadie te da un préstamo en las condiciones laborales que tenemos actualmente los jóvenes. Se ha puesto todo en contra para salir del nido, porque hasta las ayudas que había por parte de la administración las han quitado".

Este joven de Agaete es consciente de que tener un trabajo hoy en día tampoco es una garantía de futuro. "No nos queda más remedio que vivir el día a día porque la situación actual no permite hacer planes a dos o tres años, no sabemos lo que tendremos en septiembre, con lo cual pensar en enero de 2013 es prácticamente imposible".

Candy Muñoz tiene 36 años, trabaja como administrativa en un despacho de abogados y vive con sus padres , aunque cuando tenía 29 años se fue de casa. La experiencia sólo duró cuatro meses porque me quedé en el paro y tuve que regresar al nido. "No estoy mal, como en casa de los padres no se vive en ningún sitio, pero tampoco me puedo ir, porque mis padres sólo tienen una pensión, y yo les ayudo con mi sueldo de media jornada, si me voy no les da para nada. Ahora somos como una comuna", bromeó la joven, "entre mi salario y su pensión salimos adelante".

Nauzet Hernández tiene 25 años, acaba de terminar la licenciatura en Arquitectura y vive con sus padres en Gáldar. "Si antes era complicado emanciparse, con el precio que tenía la vivienda y los alquileres, ahora con la crisis y el poquísimo trabajo que hay, sobre todo en mi campo, es una utopía vivir fuera. Tienen que concentrarse demasiadas casualidades, como el hecho de que mi novia y yo consigamos un trabajo que nos permitía pagar una casa, encontrar un alquiler barato...".

Sin embargo este último año Nauzet supo lo que es vivir por su cuenta. Estuvo un año en Italia con una beca Erasmus, una experiencia que le sirvió para madurar en el terreno personal. "Ahora me da vergüenza pedirles dinero a mis padres, quiero tener mi propio sueldo e intentar vivir por mí mismo".