¿Cómo acoge el cargo de presidente de la IGA?

Con responsabilidad en primer lugar, y con preocupación porque requiere mucho esfuerzo y el manejo de diferentes culturas, países... Pero también es un cargo que asumo con ilusión porque me permitirá trabajar en apoyo a las personas con muchos problemas y países desfavorecidos, introduciendo la cabra como instrumento para salir de la pobreza en la medida de lo posible, porque la cabra es un gran aliado de los países más pobres para combatir el hambre y aumentar los niveles de nutrición en la población.

¿Qué acciones ha emprendido en la lucha contra la pobreza utilizando el ganado caprino como instrumento?

Nosotros llevamos trabajando un par de años en esta dirección, concretamente tenemos dos proyectos en Senegal y queremos extenderlos a otros países, e incluso crear redes para este tipo de actividad, que consisten básicamente en trabajar para el desarrolla caprino en las áreas más pobres del mundo y contribuir a aliviar el nivel de miseria que se incrementa día a día. Esto es posible porque las cabras no necesitan de tecnología para subsistir. Las nuevas tecnologías son útiles en las zonas industrializadas, para hacer mas competitivas y rentables las instalaciones, pero en las zonas más desfavorecidas no necesitan ningún tipo de tecnología para paliar el hambre. Un ejemplo lo tenemos en nuestros abuelos, ¿cuánta hambre mató una cabrita cuando apenas tenían para comer?

¿Qué otros objetivos se ha marcado durante su presidencia al frente de la organización internacional IGA?

Queremos evaluar adecuadamente el impacto que las cabras tienen en la naturaleza con el pastoreo porque, en contra de lo que se dice, el impacto no es negativo, sino positivo cuando se utiliza de forma adecuada. Hay estudios que lo dicen claramente, como el que se presentó la pasada semana en la XI Conferencia Mundial Caprina que se celebró en Gran Canaria, elaborado por investigadores de la Universidad de La Laguna, premiado en el congreso, que dice que el uso adecuado de las cabras fomenta la biomasa y la biodiversidad.

¿Qué acciones concretas podrían llevarse a cabo en las Islas?

Por ejemplo, la de Francia, donde las cabras se utilizan para luchar contra los incendios, es decir, le pagan a la gente para que lleven las cabras al monte, ya que el monte produce combustible, como hierba seca, y si ese combustible se come en buena medida, el riesgo de incendio disminuye. Es cierto que se pueden comer especies protegidas, pero también se las puede llevar el fuego, y hay mecanismos de protección, que se están llevando a cabo en algunas zonas de Canarias, a través de vallas para que los rumiantes no se coman esas especies protegidas.

Como usted dice el ganado caprino está considerado como un depredador de la naturaleza. ¿De dónde parte esa mala fama?

Lo que está claro es que donde solo caben diez cabras no puede haber cien, porque entonces si pueden surgir problemas. En algún sitio puede haber sobrepastoreo, pero cuando se hace el adecuado, es una fuente importante de biodiversidad. Los propios pastores son los que se preocupan de que sus recursos sean renovables, que las cabras no se lo coman todo en un año, tienen que dejar descansar esos recursos para que vuelvan a crecer, mover a los animales de un sitio para otro, y esto lo llevan haciendo como mínimo 2.500 años, o sea que tienen una experiencia más que suficiente. La idea es que la cabra tiene que ser respetada porque es un animal que ha ayudado mucho, está ayudando a las personas más pobres de la tierra, y todavía puede ayudar más. Hay que saberlo manejar, el animal bien llevado no tiene problemas, en el fondo es el ser humano el que provoca esa degradación que dicen.

¿Las autoridades suelen apoyar y hacerse eco de los estudios científicos que avalan la importancia de la ganadería caprina?

Prácticamente todas las autoridades que trabajan en Agricultura y Ganadería tienen la intención de apoyar la ganadería caprina, los que trabajan en Medio Ambiente son las que ponen las cortapisas. No es que haya una gran pelea, pero cuando hablo con todos los representantes de Agricultura en Canarias, todos quieren potenciar el pastoreo de las cabras, pero luego en Medio Ambiente es diferente. Yo no conozco ninguna reunión de alto nivel en Canarias donde estén representantes de Medio Ambiente, y de Agricultura y Ganadería, pero alguien lo debería propiciar, y por supuesto desde mi organización apoyaríamos al 100% un debate de ese tipo.

Desde la visión global que aporta estar desde hace 14 años en la organización IGA, ¿cómo ve la situación del ganado caprino en Canarias respecto a otros países?

Aquí tenemos crisis, evidentemente, y a la crisis financiera se le ha unido una crisis climática, es decir, hay muchos ganaderos que apuestan por el pastoreo pero no tienen pastos, tienen que comprarlo y los números no le salen. Sin embargo, aún así mantenemos la calidad de los productos, un buen nivel de producción, un alto nivel de consumo, y se mantiene la calidad genética de los animales, es decir, que todo eso ayuda a que la situación en Canarias no sea tan desfavorable como en otros sitios de España y del mundo desarrollado. Además, la calidad de los investigadores canarios en esta materia es muy buena, están a la vanguardia en el tema del ganado caprino.

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