Una de las líneas de trabajo de la División de Robótica y Oceanografía Computacional (ROC), que dirige Jorge Cabrera, es el desarrollo de vehículos robóticos aplicados a la vigilancia medioambiental, red de sensores... En esta área se enmarca la creación de un prototipo de robot autónomo subacuático, AUV, para la toma de medidas en función de la instrumentación (salinidad, temperatura, corrientes...), la construcción de mapas marinos (batometrías), grabaciones de vídeos... El AUV tiene una autonomía de cinco horas, puede alcanzar una profundidad máxima entre 50 y 100 metros y una velocidad de desplazamiento entre 1 y 2 nudos. Una de sus mayores ventajas con respecto a otros productos existentes es que puede mantener su altura constante con relación a la superficie del mar.