Yesenia sale de cuentas el 5 de enero, cuatro días después de que el Hospital Materno Infantil deje de intervenir a los niños con cardiopatías congénitas. A los cuatro meses y medio de embarazo le comunicaron que su bebé tenía una malformación en el corazón y tendría que ser operado nada más nacer. Hasta ahora la preocupación de la joven madre era cómo saldría esa intervención, pero ya ni siquiera sabe dónde va a dar a luz. Por sólo cuatro días, Yesenia, de 18 años, no tendrá más remedio que salir de la Isla.

"Al principio me dijeron que no me preocupara, que lo operarían aquí, pero ahora no sé qué va a pasar. Me dicen que lo más probable es que me tenga que ir fuera, pero yo no puedo dar a luz fuera, no tengo dinero, no tengo medios para irme. Yo quiero dar a luz aquí", comenta Yesenia Márquez, visiblemente contrariada. Tanto la joven como su novio, Ayoze, no tienen trabajo, y viven en la casa de la madre de él. Tampoco la madre de Yesenia tiene empleo, por lo que está a punto de perder su casa.

"Cuando me dijeron que iban a cerrar la unidad pensé que era una broma, no podía creérmelo. Tengo miedo de que se me adelante el parto y no tener a dónde llevar a mi bebé. Tampoco sé si es bueno que viaje con tantos meses de embarazo", comenta con preocupación esta madre primeriza.

En el caso de Miriam Encinar, de 31 años, es el tercer hijo, pero el primero que sufre una patología de gravedad. Hace tiempo le informaron de que el bebé tenía una complicación pulmonar, por lo que al nacer hay que practicarle un cateterismo y como medida de precaución es aconsejable que haya un cirujano.

"No nos dan ninguna opción. Nos dicen que nos vayamos por nuestra cuenta a dar a luz a la Península, como si fuera tan fácil", comenta con indignación Miriam, cuyo bebé está previsto que nazca en el mes de abril. "Yo no puedo irme fuera, tengo dos niños que cuidar, ¿dónde los dejo?, ¿quién se va a hacer cargo de ellos", pregunta la joven que también está en paro, aunque afortunadamente su marido sí tiene trabajo.

Según Sanidad, la unidad cerrará el 1 de enero de 2013. A partir de entonces los niños con cardiopatías congénitas deberán ser trasladados en avión a centros de referencia de la Península, mientras que en algunos casos se recomienda a las embarazadas con este diagnóstico que salgan fuera. Sanidad asegura que correrá con los gastos de traslados y estancias, pero las afectados critican que las dietas son escasas y se pagarán tarde, por lo que la medida les supone un desembolso.

"Ya de por sí saber que tu niño viene mal es una preocupación, pero ahora no saber qué hacer, es horrible. Aunque pudiera irme, no sabría en qué fecha, sería muy arriesgado, ya que normalmente se me adelanta el parto. Debería irme 15 días o un mes antes", explica Miriam.