"Mi hijo está en buenas manos, el personal de la Unidad nos da muchísima seguridad, nos parece un equipo muy eficiente". Así lo afirmaron ayer Araceli Socorro y Efraín Martínez, los padres de Joel, un bebé de 27 días de vida, que tuvo que ser operado de urgencia nada más nacer por presentar una cardiopatía congénita. Ayer volvió a ser intervenido dos veces, la primera en el Insular por la mañana, donde se le practicó un cateterismo para el diagnóstico, y la segunda en el Materno por la tarde donde lo sometieron a una cirugía de urgencia.

Según destacó el cardiólogo hemodinamista Francisco Jiménez, que forma parte del grupo médico que ha tratado a Joel, el pequeño sufre una cardiopatía congénita denominada Tetralogía de Fallot. "Este era un caso extremo porque la válvula pulmonar de este niño no estaba perforada, estaba completamente cerrada, lo que le impedía el paso de la sangre a los pulmones".

Además, el bebé nació con 2,700 kilos, "era un niño muy pequeño y tuvimos que descartar hacer una cirugía correctora porque con ese peso el riesgo era muy alto; y también desechamos la opción de la fístula, porque el tamaño de las ramas pulmonares era muy pequeño, 3 milímetros".

Jiménez apuntó que, de no haber estado en funcionamiento la Unidad de Cirugía Cardiaca del Materno, el riesgo para la vida de Joel hubiese sido muy grande dado que por su estado y bajo peso, cualquier médico "aquí y en Pekín" hubiese desaconsejado su traslado a Madrid.

En aquel momento en la Unidad tomaron la decisión de hacer una intervención que ellos denominan "híbrido", que se estructura en dos partes, una la realiza el cirujano y otra el hemodinamista. "Hay una combinación en el tratamiento que está en relación sobre todo con el bajo peso. Intentamos ser lo menos agresivos y hacer una cirugía que no sea la definitiva pero que dé tiempo para que el pequeño crezca y adquiera más peso".

La técnica consistió en colocarle un stent, un tubo ajustado al tamaño del tronco pulmonar del niño que era de cuatro milímetros. "Es una malla metálica plegada, se abre dentro y es como la ropa, hay que ajustar su tamaño al del tronco pulmonar del paciente".

Ayer, Joel volvió a ser intervenido, porque el pequeño presentaba niveles bajos de saturación, que es la cantidad de oxígeno que tiene en sangre. Para averiguar las causas, por la mañana, el doctor Francisco Jiménez le realizó un cateterismo para el diagnóstico, acompañado por un cirujano de la Unidad; y por la tarde se le practicó al bebé una cirugía de urgencia, que consistió en la colocación de una fístula de Blalock-Taussig.

"Es una técnica muy antigua que ha permitido salvar muchas vidas, no está exenta de riesgo y hacerla en una rama pulmonar de tres milímetros no es fácil", afirmó Jiménez.

Los padres del pequeño no quieren ni imaginarse qué hubiese pasado si la Unidad de Cirugía Cardiaca del Materno no existiera. "Es fundamental para la seguridad del niño que no tenga que trasladarse fuera porque el viaje ya implica un riesgo. Además, está el handicap de los padres, los trabajos, viajar a la Península a ver lo que pasa... En las operaciones de urgencia, surgen imprevistos que no se pueden calibrar, es impensable que las madres tengan que irse a dar a luz a Madrid dos meses antes", afirmó Efraín Martínez.

Para Araceli Socorro, es fundamental tener el calor de la familia en situaciones como la que les ha tocado vivir. "Gracias a Dios estoy aquí, en mi tierra, arropada por mi gente. Si me hubieran dicho hace dos meses que me tenía que ir a Madrid a dar a luz, me hubiese sentido totalmente desamparada, con un futuro incierto, porque no sabes los procedimientos a seguir, porque hay cosas imprevistas. Además, en mi caso, nos enteramos de la patología del niño cuando nació, y gracias a Dios pudo ser operado aquí".

"Los canarios debemos unirnos"

Ambos progenitores, al igual que los abuelos del pequeño, piden al Gobierno de Canarias que den marcha atrás al cierre de la Unidad de Cirugía Cardiaca. "A nosotros el equipo nos da mucha seguridad, además de la empatía que tienen, tanto cirujanos como médicos y enfermeros, es increíble el trabajo que hacen aquí, te informan de todo, te dicen todos los riesgos que hay porque es su obligación, y te dan mucha confianza".

Esta familia no comprende que para justificar el cierre de un servicio, hayan puesto en evidencia la profesionalidad de sus médicos. "Ellos salvan vidas, no importa cuántas, cada una es de un valor incalculable. Se ve que saben lo que hacen", afirmaron. El tema político es otro cantar.

Amparo, abuela materna de Joel, expresaba ayer la impotencia y la rabia que sentía ante el anuncio del cierre de servicios sanitarios, algo que considera una vuelta a etapas que deberían quedar en el olvido. "Hace algunas décadas teníamos que irnos a la Península para operarnos, y si no nos moríamos. Eso parecía una etapa superada, pero ahora quieren volver a lo mismo a pesar de contar con profesionales maravillosos. No lo podemos tolerar, los canarios debemos unirnos y protestar, porque es nuestra tierra y nuestra gente. Lo que hoy nos pasa a nosotros mañana les pasará a otros". M. J. H.