Antes de entrar de lleno en el tema, me gustaría comenzar por una serie de preguntas que es necesario que conozca la opinión pública canaria.

Como madre y como pediatra, la primera cuestión que me planteo es: si los estándares de calidad internacionales dicen que para que un cirujano pueda tener la destreza suficiente en intervenciones complejas como la cirugía cardiaca o los transplantes es necesario realizar un número determinado de operaciones al año y en la unidad de referencia más cercana no se alcanza esta cifra ni de lejos, ¿operaría a mi hijo o hija en ella por su proximidad o, por contra, intentaría buscar otra donde tuviese la certeza de que cumple con todos los requisitos de calidad?

La calidad de los resultados de la cirugía cardiaca pediátrica está en relación directa con el número de intervenciones/cirujano/año. La Sociedad Europea de Cirugía Cardiovascular recomienda realizar 250 intervenciones por centro y año para que los resultados sean óptimos. A su vez, la American Academy of Pediatrics aconseja que se practique un mínimo de 3 intervenciones a la semana por cirujano (unas 125 al año) para mantener unos estándares de calidad satisfactorios lo que supondría, en el caso del servicio del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil, una casuística de, al menos, 375 intervenciones/año.

Sin embargo, debido a la escasa población de referencia, a pesar de los esfuerzos realizados a lo largo de estos años, la actividad del servicio no ha alcanzado las expectativas y ha sido inferior a lo recomendado por estas sociedades científicas internacionales: en 2010 realizó 111 intervenciones; 86 en 2011 y 46 hasta septiembre de 2012. Por tanto, no mantenemos el nivel de intervenciones quirúrgicas adecuado. Es, para entendernos, como si dijéramos que un piloto necesita realizar 2.000 horas de vuelo al año y nos subimos al avión con un piloto que sólo tiene 10 horas de vuelo. La probabilidad de accidente es muy alta.

No se trata, pues, de un problema económico sino de un insuficiente volumen de actividad, lo que puede afectar a la calidad y, por tanto, a la seguridad de los pacientes. Si costase, por decirlo coloquialmente, el doble de dinero pero tuviese el doble de seguridad, habría que mantener el servicio. En este caso, insisto, no se trata de un problema económico.

La segunda cuestión que me planteo es si somos conscientes de que esta decisión no fue adoptada unilateralmente en un despacho. La medida recibió el pasado 31 de octubre el apoyo unánime de la Junta Técnico-Asistencial del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil. La Junta es el órgano colegiado de asesoramiento de la Comisión de Dirección en lo relativo a actividad asistencial. Además, es el órgano de participación de los profesionales del Hospital en la toma de decisiones que afecten a sus actividades. Los componentes de esta Junta son elegidos por votación directa de los trabajadores del Hospital y tienen representación especialidades médicas, quirúrgicas, enfermería y servicios de atención al paciente.

En tercer lugar, para tranquilidad de los padres, quiero insistir en que ningún niño va a quedar sin atención.

De hecho, la existencia del Servicio de Cirugía Cardiaca Pediátrica no ha evitado que se haya tenido que seguir trasladando durante este tiempo a los pacientes más graves a los Centros, Servicios y Unidades de Referencia nacionales acreditados por el Ministerio de Sanidad.

Estos traslados continuarán realizándose con las mismas garantías que hasta ahora en un avión medicalizado del Servicio de Urgencias Canario, que cuenta con el modelo de avión más utilizado en el mundo para transporte sanitario en trayectos cortos y medios y dispone de una autonomía de vuelo de casi 6 horas, lo que permite realizar traslados directos entre Canarias y la Península sin necesidad de realizar escalas para repostar combustible. Por ejemplo, los últimos dos traslados a Barcelona realizados el mes de octubre tuvieron una duración de 3.50 horas y se hicieron sin repostar.

El avión está equipado como una UVI móvil que cuenta con respirador para neonatos, monitor, desfibrilador, incubadora, bombas de perfusión, medicación de intensivos, aspiradores, marcapasos, etc. Además, tiene capacidad para un paciente en camilla o incubadora y dos más sentados.

Entonces, ¿cuál será la diferencia hasta ahora? La actividad quirúrgica del servicio se concentra durante una semana al mes, en la que se desplaza desde Italia hasta Gran Canaria un cirujano cardiaco de la Fundación San Donato.

Todos los pacientes susceptibles de intervención quirúrgica son programados para esa única semana (11 semanas al año ya que en agosto no vienen), operándose los lunes y los martes los casos más complejos, en los que el cirujano de la Fundación San Donato actúa como cirujano principal y los profesionales del Complejo Hospitalario como ayudantes. El resto de días de esa semana se operan los casos más sencillos técnicamente.

En cuanto a las 41 semanas del año restantes, los pacientes graves que no pueden permanecer a la espera del desplazamiento del cirujano desde Italia se trasladan a centros de referencia nacionales en aviones medicalizados.

Hasta el momento, la colaboración establecida con la Fundación italiana ha tenido por finalidad que los cirujanos del hospital adquirieran la formación necesaria para que abordaran la actividad quirúrgica con total autonomía y asegurar una actividad permanente los 365 días del año y no únicamente durante las 11 semanas (55 días) actuales, lo que la hace insostenible desde el punto de vista de la seguridad y por tanto de la calidad.

Esta situación pone de manifiesto que, transcurridos cinco años desde el inicio del acuerdo de colaboración con la Fundación, no se han cumplido los dos objetivos perseguidos: alcanzar una actividad asistencial anual que permitiera cumplir con las recomendaciones de las sociedades científicas y, como consecuencia del escaso número de pacientes/año, que los profesionales adquirieran la destreza necesaria para no necesitar apoyo de cirujanos externos.

Y ustedes se preguntarán: ¿por qué no sigue el Servicio Canario de la Salud trayendo a esos cirujanos italianos para continuar atendiendo a los niños una semana al mes? La respuesta es clara: porque, incluso para la actividad de estos profesionales, no contamos con el número suficiente de casos al año. Además, si la Unidad ofrece su servicio una semana al mes, ¿en las otras tres semanas no surgen casos y urgencias de los pacientes que se intervienen en la semana que vienen los profesionales? Obviamente, si esas urgencias surgen las siguientes semanas a la intervención, hay que trasladarlos.

Llegados a este punto también supongo que la opinión pública canaria se plantea quién se hará cargo de los gastos derivados del traslado de estos pacientes y sus acompañantes.

La existencia de este servicio no ha evitado en ningún momento que se trasladen pacientes a hospitales de referencia de la Península ya que, como he mencionado, sólo se realiza actividad quirúrgica una semana al mes en la que se desplaza el cirujano desde Italia.

Ello ha obligado hasta ahora a trasladar a los pacientes graves que ingresan en las tres semanas restantes a centros de referencia nacionales al no poder ser atendidos por los cirujanos del hospital; traslados que se vienen realizando con el avión medicalizado del SUC, sin escalas.

Entre 2011 y los primeros diez meses de este año se han trasladado a hospitales de la Península un total de 6 pacientes, en el avión medicalizado.

Paralelamente, los enfermos del resto de Islas y sus familiares se trasladan necesariamente al Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil y, en ocasiones, a un centro de referencia nacional, cuando la enfermedad sobrepasa el nivel de capacitación de sus cirujanos.

Pues bien, respondiendo a mi pregunta sobre quién se ha hecho y continuará haciéndose cargo de los costes derivados de estos traslados, dejar también claro que, como en cualquier otro traslado, es el Servicio Canario de la Salud quien corre con los gastos de transporte así como con las dietas.

Es más, desde el Hospital Vall d´Hebron han manifestado su total disponibilidad para que, en la situación de imposibilidad de traslado del paciente, sean sus cirujanos quienes se trasladen hasta Gran Canaria para efectuar la intervención.

También me parece importante comentar que en 2009, el Servicio Canario de la Salud propuso ante el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (en el que están representados el Ministerio de Sanidad y todas las Comunidades Autónomas) la designación del Servicio de Cirugía Cardiaca Pediátrica del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil como centro de referencia para el grupo "Asistencia integral del neonato con cardiopatía congénita y del niño con cardiopatía congénita compleja".

Nuestra propuesta fue denegada, fundamentalmente, por no tener un número de actividad suficiente para mantener la formación adecuada por parte de nuestros profesionales.

En cuanto al Convenio con la Unión Europea financiado con fondos Feder, se trata de una ayuda a terceros países, en concreto para Senegal; no para Canarias. Está destinado a la formación de personal en Senegal y el objetivo es desde equipar un quirófano con una máquina de corazón artificial en Senegal, hasta aumentar el conocimiento de los Profesionales senegaleses y se contempla un proyecto, vía web, de formación, valoración, diagnóstico y posibles alternativas terapéuticas conjuntas. Por tanto, está destinado a que Senegal desarrolle una estructura mínima para que se consolide como servicio autónomo. El sistema plantea una parte concreta con un tiempo limitado para una rotación de profesionales senegaleses en Canarias y, producto de esa rotación, se intervendrán unos 30 niños para la formación de los profesionales senegaleses. Por tanto, no trata de potenciar la unidad de Gran Canaria sino la de Senegal.

Tras la no acreditación como Centro de referencia de nuestra Unidad de Cirugía Cardiaca por parte del Ministerio a la que me he referido antes, es obvio pensar que si no cumplimos porque no tenemos actividad, difícilmente seremos capaces de formar a terceros.

Finalmente, no podemos hablar de oídas sin saber exactamente la realidad ocurrida. En el caso que ha estado en boca de todos esta pasada semana sobre el hecho concreto de un niño, el propio Cónsul del país envió una carta de agradecimiento al Complejo Hospitalario "por su amabilidad y colaboración con este caso". Por tanto, como madre y pediatra puedo afirmar con total rotundidad que por encima de la apariencia, la medida adoptada está priorizando la óptima atención médico quirúrgica a nuestros hijos e hijas.