Los jóvenes conductores españoles se encuentran entre los menos agresivos de Europa, según un informe del fabricante de neumáticos Goodyear.

En este sentido, un 56 % de los conductores españoles menores de 25 años admite que ha insultado a otros conductores, un porcentaje que solo es superado a la baja (46 %) por los turcos.

Próximo a los registros españoles se encuentra el de los automovilistas italianos que en estas criticables acciones solo llegan al 58 %.

Un cambio radical se ha producido entre los conductores suecos que en la anterior encuesta eran los segundos más pacíficos y ahora lideran el ránking de agresividad con un 83 % reconociendo que han insultado a otros conductores

Tras los escandinavos se colocan los automovilistas franceses con un 78 % muy propensos a insultar, un 53 % que frena a propósito ante la cercanía de otro vehículo que le sigue y un 33 % que hace gestos manuales obscenos.

España es el país más preocupado por los conductores ebrios, con un 81 %, con Italia cercana (73 %), y ambos países encabezan la tabla en términos de preocupación a ser golpeados por otro coche.

Los jóvenes conductores que viven solos son más agresivos que los que viven con sus padres, ya que son más proclives a insultar (73 % frente al 63 %), hacer gestos obscenos (31 % frente al 25 %) y adelantar a más de dos coches en una vía de doble sentido (49 % frente al 39 %).

La encuesta ratifica que en este ámbito de conductores juveniles, los varones son más agresivos que las mujeres, en una relación del 58 % al 42 %.

El informe recoge como conclusión general que en el viejo continente, las pocas o nulas perspectivas de los jóvenes les ha llevado a que aumenten su agresividad al volante.

Factores como las cifras récord de desempleo juvenil, las muy escasas posibilidades de encontrar trabajo y desafíos globales como el terrorismo o la protección medioambiental han dado lugar a una generación que convierte muchas veces su estilo de conducir en 'piques' con otros automovilistas y enfrentamientos verbales y físicos.

La encuesta ha analizado el comportamiento de 6.400 jóvenes conductores menores de 25 años en 15 países europeos