"Todos los estudios biológicos apuntan a que el ser humano podría vivir 123 años, es lo que se llama longevidad, otra cosa es la esperanza de vida, que en la actualidad supera los 82 años ".

Así lo afirmó ayer José Regidor García, rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y catedrático de Biología Celular, durante la conferencia El Arte de envejecer, que impartió ayer en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria, dentro del ciclo Somos nuestro cerebro organizado a través de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (Aciisi) del Gobierno de Canarias.

Regidor habló sobre cómo se ha ido modificando la esperanza de vida y los cambios que puede experimentar con motivo de la actual crisis económica que pone en peligro el estado de bienestar. "En 1840 la esperanza de vida de una persona era de 45 años y ahora estamos en unos 82 años. Y esto ha aumentado porque se ha incrementado la calidad de vida. Sin embargo no sabemos si esa esperanza de vida en el futuro va a seguir aumentando, tengo dudas de que sea así, porque están cambiando las circunstancias que nos han permitido tener ese crecimiento", y subrayó que "el niño que nace hoy puede ver empeoradas las condiciones de vida, por la diferencia en la atención sanitaria, educación...".

Regidor apuntó que el envejecimiento activo viene determinado por componentes económicos, sociales, psíquicos, físicos, personales, el sexo y la cultura. "Según cómo envejezcamos, se puede superar o no el umbral de discapacidad. Cada individuo envejece de una manera y puede o no cruzar ese umbral de discapacidad", y concluyó que la vejez es una acción positiva de adaptación de la realidad que es totalmente distinta de la resignación que es la negación de dolor propio".