Con menos grasa, menos colesterol, igual o más cantidad de hierro y proteínas que la del vacuno y con mucho más aporte de zinc, la carne de caballo es un alimento ideal para los niños con problemas de crecimiento y anemia y para los adultos obsesionados por sus altas cifras de colesterol.

El hallazgo de trazas de carne de caballo en hamburguesas etiquetadas solo de vacuno, que destapó hace tres semanas la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)?en dos cadenas de hipermercados españoles, la inmovilización de más de mil kilos en Canarias procedentes de Irlanda que se suman a los preparados erróneamente identificados en Francia, Italia y Alemania, ha asociado el concepto de "fraude alimentario" a la carne de equino, lo que ha estigmatizado las cualidades de un alimento de gran valor nutritivo.

La doctora Ana Morais, miembro del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, informó ayer que la carne de equino es muy rica en algunos micronutrientes como el zinc, que es un oligoelemento muy importante en el crecimiento y la multiplicación celular. De hecho, este elemento de la tabla periódica es el encargado de movilizar los depósitos de vitamina A desde el hígado hacia otras células del organismo, como las de la retina por lo que contribuye al desarrollo de la función visual.

El zinc sería el "taxista" que traslada las unidades por gramo (ug) de vitamina A a aquellas partes del cuerpo que las necesitan.

La especialista explicó que en la infancia hay un periodo crítico de crecimiento de la retina-desde la lactancia hasta los dos años-en el que el zinc tiene un relevante papel en el desarrollo de la función visual, por lo que algunos pediatras aconsejan a los padres dársela a sus hijos.

"Se les recomienda que les den pollo, ternera, cerdo..., pero cuando interesa que haya un aporte extra de zinc se recomienda la carne de caballo", indicó Morais.

Además, ante la "epidemia" de colesterol que en los últimos años afecta a un mayor número de niños, la carne de equino se convierte en "una excelente opción" por su bajo contenido en esta "grasa mala" y porque es una gran fuente de hierro y proteínas.

Por otra parte, el presidente de la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, Joan Adrià Girbés Borrás, informó que el zinc de la carne de equino beneficia la secreción de insulina y ayuda a los enzimas (proteínas) que intervienen como mediadores en las reacciones químicas del cuerpo a realizar su función.

Además, el especialista argumentó que el glucógeno del músculo del caballo confiere a la carne un sabor un poco más dulce que hace que los niños la toleren mejor.

Girbés indicó que este tipo de carne forma parte del elenco de alimentos que se recomiendan a los pacientes débiles, "porque tiene más hierro y proteínas y menos grasas saturadas, lo que la convierte en una carne de más calidad". Cien gramos de filete de caballo contienen 4,9 mg de zinc. Otros alimentos con zinc son: el hígado y el lomo de ternera (7 mg), las ostras (22 mg), el germen de trigo (17 mg) y las galletas integrales (12 mg).