El Hierro vivió ayer su día más "tranquilo" desde que diera comienzo la última crisis sísmica. La Isla del Meridiano se tambaleó poco y a penas registró diez terremotos dispersos a lo largo de la jornada, ninguno de ellos de gran intensidad.

Parece que la actividad sísmica se toma un respiro ya que se trata del número de movimientos más bajo desde el pasado 17 de marzo. La mayoría de los movimientos oscilaron entre los 2 y los 3 grados en la escala de Richter, se concentraron al oeste de La Frontera y apenas se dejaron sentir en la población.

Después de varios días de actividad intensa, donde los seísmos de más de cuatro grados han sacudido a la Isla una y otra vez, el Hierro parece que respira, aunque los expertos no pueden augurar "el fin del repunte".

El Ayuntamiento de La Frontera pidió ayer reforzar la las carreteras afectadas por los desprendimientos. Una solicitud dirigida al cabildo herreño y al Gobierno central y regional para "garantizar la defensa de personas y vehículos".

En este sentido, David Cabrera de León, alcalde de La Frontera, destacó "la necesidad" de ejecutar acciones para minimizar los riesgos de las personas y de los vehículos que transitan por esas vías.

"La toma de medidas de protección civil derivadas del riesgo de desprendimientos, dificultan el acceso a los núcleos de población de Sabinosa y a puntos como el Santuario de Nuestra Señora de Los Reyes y El Sabinar", explicó.

Según el regidor "lo que no se puede permitir es que un pueblo como Sabinosa tenga que sufrir este tipo de inconvenientes, y sobre todo en unos momentos de especial atención a la Protección Civil, ya sean 300 vecinos o 1.000 los que vivan en esta zona".

Hasta el momento, las carreteras afectadas por el repunte sísmico son: la vía HI500, a la entrada del túnel de Los Roquillos; la HI50, entre el cruce de La Tabla y Sabinosa; y la HI500 entre el Pozo de La Salud y la playa de La Madera.