Tras poner fin a años de malos tratos y dejar atrás a sus exparejas, las víctimas de violencia machista se enfrentan a varios obstáculos a la hora de conseguir un puesto de trabajo con el que ser independientes económicamente y, así, poder dar el último paso para reinsertarse en la sociedad.

La falta de confianza en sí mismas, debido a la humillación a la que han sido sometidas, sumada a los años que, en muchas ocasiones, han pasado alejadas del mercado laboral hacen que la búsqueda de empleo sea todo un reto para muchas de ellas.

Sonia, María y Laura, tres mujeres que sufrieron malos tratos, han relatado a Efe cómo a través de la Fundación Integra, una organización que desde 2001 ha ayudado a más de 1.500 víctimas de violencia machista a encontrar un empleo, lograron un puesto de trabajo que les ha permitido superar su situación, recuperar la autoestima y retomar las riendas de su vida.

La presidenta de la Fundación, Ana Muñoz, ha explicado a Efe que el trabajo es "la llave" que abre una nueva vida a estas mujeres porque además de aportarles independencia económica, "sienten que se les mide por lo que hacen y no por lo que alguien pueda opinar de ellas, lo cual mejora notablemente su autoestima".

María, víctima de violencia machista, ha comentado a Efe que cuando quiso comenzar una nueva vida no tenía ninguna confianza en su valía. "Como te han degradado tanto, llegas a creer que es cierto lo poco que vales, y eso paraliza a muchas mujeres a la hora de dar un paso adelante y denunciar a su expareja", ha comentado.

Ahora, trabaja en el departamento de administración de una "importante" empresa de tecnología, lo cual le ha permitido ver que todo aquello que decía su compañero sentimental sobre ella era "falso".

Laura, una valenciana de 47 años, sufrió malos tratos de su marido durante más de 20 años, pero no denunció hasta 2010 porque él siempre prometía que "iba a cambiar".

Siguiendo el consejo de su hijo, Laura abandonó su casa y buscó refugio en un piso de emergencia social para mujeres víctimas de violencia de género en Madrid.

Allí recibió el apoyo de varias organizaciones sociales que le informaron de la labor que hacía la Fundación Integra para ayudar a las víctimas de violencia machista a encontrar trabajo.

En tan solo mes y medio, comenzó a trabajar como señora de la limpieza en una residencia de estudiantes en Madrid, empleo que aún mantiene y que le permite costearse su estancia en la capital.

"No sólo me han ayudado a encontrar trabajo, sino que también se han dedicado a aguantar mis lloros, me han ofrecido apoyo psicológico y se han portado siempre conmigo muy bien", ha afirmado.

En otras ocasiones, la dificultad para encontrar un empleo no está relacionada con la falta de autoestima o miedo. Algunas de estas mujeres son también madres solteras, por lo que su prioridad es conseguir un horario de trabajo que les permita conciliar su vida personal y laboral.

Así lo explica Sonia, una boliviana que llegó a España hace diez años y tiene a su hija de ocho años a su cargo. "Mi mayor problema es encontrar un trabajo que se adecúe con mi vida y mis horarios porque aquí no tengo familia con la que dejar a mi hija", ha agregado.

Ahora es dependienta de una tienda de ropa, trabajo que le permite combinar su horario laboral con el cuidado de su hija y contratar a una canguro cuando no puede hacerse cargo de ella.

Ante la crisis económica actual, la presidenta de la Fundación Integra ha reconocido que también hay menos oportunidades laborales para este colectivo, pero ha hecho hincapié en que las empresas siguen colaborando con ellos porque saben que es una garantía de "responsabilidad social".

Ha explicado que el grado de satisfacción con las empleadas es muy "alto", puesto que son mujeres "muy trabajadoras y responsables", debido a las complicadas situaciones que han logrado superar.

"Pese a las pocas oportunidades que hay, cada vez nos las ofrecen más porque adaptamos el perfil de la empresa al de la candidata, damos muchas facilidades de contratación y, además, la valoración que hacen de las trabajadoras es muy positiva", ha comentado.

Por ello, Muñoz ha rogado a aquellas víctimas de violencia machista que no se atreven a pedir ayuda a que lo hagan, porque hay gente y organizaciones que están dispuestas a "tender una mano".

"Muchas mujeres aceptan la situación de maltrato porque creen que es lo que les ha tocado vivir y eso no es verdad, tienes que salir de ello y no te puedes permitir dejar morir tu vida de esa manera", ha sentenciado.