Las islas no capitalinas son las que sufren más las jubilaciones forzosas de los médicos, quienes a partir de este año deben abandonar sus puestos de trabajo al cumplir los 65 sin opción a prórroga. Esta nueva normativa, que entró en vigor el pasado 1 de abril, ha causado graves mermas en algunos servicios hospitalarios que se quedan sin especialistas o cuya plantilla se reduce drásticamente a la mitad.

Es el caso de las unidades del Hospital Doctor José Molina Orosa de Lanzarote, el Hospital Nuestra Señora de los Reyes de El Hierro o el Hospital General de La Palma.

En Lanzarote el mayor problema de estas jubilaciones obligatorias se encuentra en la especialidad de Neurocirugía. El único neurocirujano que trabajaba en el Hospital Doctor José Molina Orosa ha tenido que abandonar su puesto.

El médico Ramón Carda se encargaba de todas las operaciones de columna vertebral de Lanzarote, que oscilaban entre unas 120 cada año. A partir de ahora estos pacientes deberán ser trasladados a Gran Canaria o a una clínica privada, lo que llevará aparejado un mayor desembolso del Servicio Canario de Salud (SCS). Sólo el trayecto en helicóptero puede costar más de 6.000 euros.

Además, según los sindicatos, hay algunas cirugías vitales de columna que no pueden esperar y deben ser realizadas en unas pocas horas, por lo que los pacientes no pueden ser dependientes de la llegada a tiempo o no de un helicóptero.

El secretario general del Sindicato de Médicos de Tenerife, Levy Cabrera, recuerda que en la nueva normativa hay una cláusula "muy clara" que recoge que si existe una necesidad en el servicio el especialista debe ser renovado, pese a que supere los 65 años de edad. Una cláusula que, en su opinión, debería ser aplicada en casos como el de Lanzarote y así no estar a la espera de que la plaza del especialista sea sustituida o no, con el consiguiente aumento de la lista de espera que ello conlleva.

En el Hospital Nuestra Señora de los Reyes de El Hierro de los dos cirujanos generales que actualmente trabajan en el servicio se quedará sólo uno, ya que el otro, el médico Pedro Sevilla, está a punto de jubilarse. UGT ha pedido al SCS que le comunique si esta plaza va a ser repuesta o si el cirujano seguirá trabajando acorde a las necesidades del servicio, pero por el momento no hay respuesta.

Los servicios de Ginecología y Cirugía General del Hospital General de La Palma son los que más sufren las jubilaciones forzosas en esta isla. Casi la mitad de los facultativos que formaban parte de estas unidades deben dejar sus batas blancas.

En las islas capitalinas al tener unos servicios más nutridos, la marcha de estos profesionales se nota menos en el sentido cuantitativo, aunque algunos servicios del Hospital Insular pierden bastantes especialistas. Esto sucede en Cirugía General y en Traumatología donde se van cuatro de cada uno.

"Estos servicios ya de por sí saturados, se han quedado en muy malas condiciones", explica Carmen Nuez, presidenta del Sindicato de Médicos de Las Palmas. "Los profesionales que se quedan tienen que pasar la consulta y llevar a cabo de las intervenciones del resto, por lo que se ampliará notablemente las listas de espera", advierte.

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias asegura que todas las plazas vacantes serán sustituidas, pero Nuez denuncia que todavía no hay nada seguro. "En Cirugía General del Hospital Insular dicen que entra un médico, pero no se ha realizado ningún contrato todavía", denuncia la presidenta del Sindicato de Médicos de Las Palmas. Además, los representantes de los trabajadores alertan de que el contrato que se realizará a los nuevos médicos serán como los firmados hasta ahora, es decir, eventuales y sin garantías.