Un aforo compuesto en su mayoría por jóvenes universitarios y entusiastas de las artes visuales esperaba impaciente la llegada del artista Tobias Mannewitz, ayer por la tarde en el Teatro del Cicca. El especialista apareció con diez minutos de retraso que recuperó enseguida para reafirmarse en uno de los principios del arte conceptual de Juego de tronos: "Hay que ser rápido y eficiente porque, al final del día, tienes que haber dado con las soluciones", recordó Mannewitz.

El artista, cuyas clases se desarrollaron en el marco de la octava edición del Festival de Animayo, comenzó su segunda clase magistral con un repaso de las lecciones del día anterior, en el que reivindicó la importancia de los efectos especiales en el resultado global de una producción. "Los efectos visuales ayudan a dotar de coherencia a los planos y son determinantes a la hora de calcular los costes de una producción", explicó Mannewitz, "el diseño te confiere la capacidad de magnificar las escalas de un set [de rodaje] y de darle mayor profundidad o amplitud a la escena".

Pero la clase de ayer tuvo un carácter más práctico, en la que Tobias Mannewitz hizo un recorrido por los mayores retos a los que se enfrentó durante el diseño de los paisajes de la tercera temporada de la conocida serie Juego de tronos. Para Mannewitz, que obtuvo el premio Emmy a los Mejores Efectos Especiales por la serie, el arte conceptual precisa de un gran trabajo de investigación pero, al mismo tiempo, matizó: "Cuando el proceso del concepto tarda mucho, significa que algo va mal". Ilustró esta idea con ejemplos de varias escenas de los nuevos capítulos de Juego de tronos. Entre ellas, una en la que aparecen veinticuatro caballos muertos en la nieve. "Fue uno de los trabajos de arte conceptual más difíciles porque había mucho que concretar", explicó el artista, "la escena estaba llena de pequeños detalles, así que tardé veinte días en visualizarla entre sketches y bocetos, y eso no puede ser". Al final, acudió a la granja de un amigo y tomó a sus animales como referencia. "Si quieres que algo parezca real, tienes que documentarte y, si te quedas estancado, busca soluciones rápidas", concluyó el artista, y contó que para diseñar el rostro del gigante que aparece en el primer capítulo de la última temporada, acudió presa de la desesperación a una tienda de Belfast y moldeó con arcilla una cara tridimensional. "También trato de integrar el diseño en la acción y sin olvidar que, detrás de la animación, está el trabajo de los actores", añadió.

Mannewitz aprovechó su estancia en Gran Canaria para buscar localizaciones de paisajes para películas con Gran Canaria Film Comission y elogió los "fantásticos rincones" que alberga la isla. "El trabajo de localizar paisajes es exhaustivo, puedes llegar a reunir 3.000 fotografías en un día", reveló. La clase magistral concluyó con una ronda de preguntas y Animayo culminó por la noche en una fiesta en The Paper Club.

Los apasionados del universo de la animación y los efectos especiales se citaron ayer en el Cicca, para atender una segunda clase magistral del especialista Tobias Mannewitz. El artista guió a los asistentes a través del proceso del arte conceptual a partir de sus trabajos en la serie ´Juego de Tronos´.